Lorma Peraz llevó el conocimiento de las  aulas a los autobuses. En 2012,  la costarricense renunció a su trabajo como maestra para  especializarse en robótica y compartir sus conocimientos a bordo de un autobús al que llamó Genius Lab.

Sus aprendices son 500 niños de casi 30 escuelas en Estados Unidos. “La idea mía era compartir el conocimiento que yo había adquirido con los niños que más lo necesitan y el emprender, el ser tu jefe, el disfrutar de estar aquí con ellos“, cuenta Lorma Peraz.

Al inicio del viaje, la fundadora inivirtió 30 mil dólares de sus ahorros familiares para trasformar un autobús en un laboratorio y llevar el conocimiento a dos escuelas. Actualmente busca franquiciar los laboratorios móviles para seguir haciendo felices a muchos alumnos y  encender en ellos la emoción por la robótica.

El caso de Genius Lab no es el único que incentiva a los niños a introducirse en el campo tecnológico, en el distrito de Tirrases en Curridabat, se encuentra el proyecto educativo La Cometa, un centro impulsado por el ex alcalde de Curridabat, Edgar Mora, que busca introducirse en los barrios marginados para brindar acceso al conocimiento tecnológico a zonas en riesgo social.

Para Edgar Mora es importante brindar estas herramientas porque “casualmente es la tecnología el puente que permite que las personas al cruzarlo encuentren oportunidades de vida que no deben de estar sujetas a la condición socioeconómica de nadie“.

La ministra de economía Victoria Hernández, habla de  la importancia de proyectos con impacto social como Genius Lab y resalta la necesidad de agilizar trámites y simplificar acceso al financiamiento de los mismos.

(DW)