Venezuela.
El lago de Tacarigua es la cuenca de agua dulce más grande de Venezuela, pero también la más contaminada. La calidad del agua que surte a los habitantes de la región central venezolana es una de las peores del país.
“Que no puede ser que estemos padeciendo por agua cuando tenemos un reservorio dulce aquí de agua natural que es importante. Que si pudiera ser tratada, esto resolvería gran parte del problema del agua que tenemos en la región central”, dijo Mildred Rojas, fundadora de la urbanización “La Esmeralda”.
En las oficinas de Carabobo del proyecto Unidos por la Calidad del Agua, la situación no es mejor.
“Bueno, generalmente sale más negra. Hoy está llegando más clara el agua, pero normalmente el color es marrón. Es un problema de salud pública, es un problema ambiental, es un problema de educación y por eso estamos trabajando para garantizar mejoras y contribuir a las mejoras, no solo en el acceso, sino también en la calidad que forma parte de estos criterios normativos del derecho humano al agua y al saneamiento”, comentó Gabriela Martínez, coordinadora de “Unidos por la calidad del agua”.
El proyecto, financiado por la Unión Europea, agrupa a más de 200 organizaciones que buscan solucionar la complicada realidad de la calidad del agua en esta región de Venezuela. El reto ha sido unirlos a todos en un país tan dividido políticamente.
“El proyecto Unidos por la Calidad del Agua busca el empoderamiento ciudadano y la solución. Nosotros creemos que la solución a este grave problema tiene que ser de carácter integral y que tiene que involucrar a todos los actores”, destacó Jesús Castillo, presidente de la fundación Agua sin Frontera.
En esta comunidad de Puerto Cabello estrena su propia potabilizadora de agua. Estos microempresarios asistieron a los talleres de capacitación del proyecto como condición para recibir los equipos y la inversión inicial. Tienen la misión de educar a su comunidad sobre el derecho al agua.
“Hay muchas necesidades qué cubrir y si podemos nosotros de las oportunidades que nos puedan brindar organismos multilaterales, solventar la crisis, en este caso en el tema del agua, que es algo sumamente preocupante en lo que es la región central del país, creo que vamos a generar empleo, vamos a generar conciencia y vamos a ir construyendo poco a poco ese cambio que necesita nuestro país”, detalló el microempresario, Gabriel Molina.
En el pueblo de Turmero, Edaile Martínez se prepara para inaugurar su potabilizadora. En total, el proyecto ha logrado apoyar a más de una treintena de comunidades. La iniciativa no sólo mejora el acceso al agua potable en la región. También impulsa la economía local.
“Aparte de ayudar a la comunidad, también nos vemos como microempresarios. Vernos cómo desde la parte privada podemos hacer país, podemos generar empleo y podemos sacar este país adelante”, subrayó la microempresaria, Edaile Martínez.
Sin embargo, al lago Tacarigua le amenaza un preocupante problema de salubridad pública, pues se emplea como desagüe de aguas residuales desde hace más de 40 años. La crecida del lago ha inundado y contaminado zonas aledañas.
Sin proyectos de saneamiento, la situación se hace más crítica para toda la región. Aunque proyectos como “Unidos por la calidad del agua” buscan solucionar el problema de algunas comunidades, el problema del lago de Valencia es mucho más complejo y las comunidades aledañas siguen en riesgo.
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