Colombia.

En La Guajira en Colombia hay hambre y los más afectados son los niños de las comunidades Wayúu. Su alimentación depende de pozos artesanales, aunque es agua no apta para consumo humano.

En este lugar dentro de las rancherías, varios médicos construyeron un hospital y un hogar de paso para atender a los menores en riesgo. Los médicos son guajiros, algunos ya tienen décadas atendiendo el hambre en la región, pero para Angélica Correa esta es su primera experiencia laboral después de graduarse de la Universidad.

“Me prepararon para ver niños en condición de desnutrición, porque es parte de los módulos de aprendizaje, pero no pensé verlos así, en tal cantidad y por diversas razones, porque la desnutrición no es solo por la alimentación, sino por patologías no tratadas”, expresó Angélica Correa.

El hospital lleva abierto unos meses y ya ha salvado la vida de 40 niños Wayúu, parte de su éxito se debe a que parte del personal médico habla la lengua de las comunidades: el wayuunaiki. “Es importante que el paciente sepa por qué es importante. A veces no es fácil entender la importancia de asistir al hospital, suministrar medicamentos, el tiempo. Así siento que me entienden mejor”, agregó Angélica Correa.

El hospital se pensó como un hogar de paso para que la familia pueda acompañar el proceso de recuperación de la desnutrición. “El problema es cuando citas a un niño para control en la ciudad porque es difícil el traslado. Un niño con alto índice de desnutrición que al mes debe llevar un control, difícilmente la madre podrá llevarlo porque ni siquiera tiene para comer”, explicó uno de los médicos del hospital.

A pesar de los esfuerzos, los médicos saben que el hambre deja una huella permanente. “Hay consecuencias tanto físicas como mentales. El niño tendrá talla baja e intelectualmente se desarrollará menos, no se concentrará igual que otros niños, ni aprenderá igual. En su desarrollo notamos que tardan en caminar”, explicó Angélica.

Este es un proyecto piloto que los médicos esperan que pueda ser replicado en otras zonas de la Guajira para poder luchar efectivamente contra el hambre. El hogar de paso y de recuperación nutricional, es una iniciativa construida por voluntarios para apoyar a los niños wayúu que sufren de desnutrición. Reciben atención médica, agua potable y alimentación, lo que les ayuda a mejorar su cuadro clínico y a suavizar la huella que dejó el hambre en sus vidas.