Vaticano.

Tras un largo periodo de estudio y restauración, la botica del convento de Santa Cecilia de Roma es reconstruida.

En el siglo XVI fue un auténtico laboratorio de jarabes y ungüentos en una de las salas de los Museos Vaticanos, ahora podrá ser visitada por el público por primera vez.

Cercana a las escaleras que conducen a la Capilla Sixtina, los visitantes de los Museos Vaticanos podrán sumergirse en la que fue una auténtica botica donde trabajaban las monjas benedictinas en los siglos XVI y XVII.

La botica de Santa Cecilia representa un ejemplo único en su género por la integridad de la colección que está formada.

En las estanterías se pueden observar los jarrones de porcelana de un característico color azul cobalto donde se conservaban los jarabes y ungüentos. También se ha conservado un gran mortero recabado de un capitel romano y los dos tornos de madera en los que se exprimían las hierbas para sacar su esencia.