México.

Hace 37 años, el primer trasplante cardíaco de Latinoamérica realizado en México por el cardiólogo Rubén Aguero, marcó un hito pese a ser ilegal. La operación que salvó a José Fernando Tafolla Chávez revolucionó los trasplantes de órganos y mostró cómo un corazón puede simbolizar vida y segundas oportunidades. “Fue exactamente el arranque después de 500 años que se sacaba el corazón 500 años antes y se lo ofrecían a los dioses. Ahora se sacaba un corazón para ofrecerle y darle una segunda oportunidad a alguien” dijo.

Ese jueves de 1988, tras operar a la hermana de un amigo, él cardiólogo conversó con un neurocirujano que le comentó que realizaría una complicada intervención en la que era posible que la paciente no la superara, lo cual sucedió 2 horas después. En ese momento se inició la búsqueda del candidato para el trasplante cardíaco y el elegido fue José Fernando Tafolla Chávez.

“¿Qué me cuenta, doctor?, Pues que ya llegó su corazón. Dice, «¿Y a qué cree que viene?” Ah, pues está bien. Usted dice, «¿nos la jugamos?», dijo, «A ver, doctor, que quede claro. El único que se la juega soy yo, ¿eh? Nadie más se la juega»”, contó el médico.

En el quirófano número nueve del Hospital de La Raza se realizó la extracción del corazón de la donante y en la sala contigua, en el quirófano 10, tras más de 5 horas de operación se evidenció un silencio increíble en una sala que estaba llena.

“Ocurre la estimulación mecánica, porque cuando en cirugía cardíaca, cuando el corazón no arranca, haciendo todo muy bien y lavándose ya y calentándolo, a veces con un golpecito se contrae. Y dicho y hecho, le dio un pinchazo suave y arrancó el primer latido. Y luego otro y volvió. Entonces le di como tres y se siguió de frente y dije, «Sí, sí, ya ganamos””, contó.

Ahora, 37 años después Aguero explicó que no pensó en ninguna ley y que aunque el resultado hubiera sido otro, lo habría vuelto a hacer pese la advertencia del entonces secretario de salud, el doctor Jesús Kumate, quien días antes de la intervención le hizo un aviso contundente. “El paciente estará 3 metros bajo tierra. Y el doctor Aguero probablemente esté 3 metros atrás de una reja”, dijo.

Esta operación fue el punto de partida para que iniciara de manera masiva los trasplantes de otros órganos.