Francia.

Cargar un coche eléctrico mientras se conduce no es una quimera, los fabricantes están probando tecnologías de carga dinámica para viajes largos utilizando baterías más pequeñas con menos metales raros.

Hay tres posibles soluciones, la primera es el sistema inductivo, este permite la carga inalámbrica y sin contacto, las bobinas alimentadas por cables eléctricos se entierran en el suelo que luego funciona como una placa de inducción, cuando el vehículo pasa la bobina se energiza y emite un campo electromagnético, otra bobina fijada debajo del vehículo recibe este campo electromagnético y lo convierte en electricidad. Actualmente este sistema es poco potente y costoso, tampoco se conocen bien los riesgos de exponer a los usuarios a campos magnéticos.

La segunda solución es la de tierra conductora, se utilizan rieles insertados en la calzada, incluidos segmentos huecos, el suministro de corriente al carril se activa cuando pasa un vehículo equipado con pastillas de fricción o tetones en el caso de carriles huecos. Si hay un accidente o adelantamiento, los patines se retraen automáticamente, este sistema requiere importantes obras viales y el riel puede obstruirse, lo que plantea problemas para los vehículos de dos ruedas.

Por último está la conducción aérea, esta solución está inspirada en los trenes y utiliza catenarias, que son líneas eléctricas suspendidas de torres de alta tensión en el techo del vehículo, un pantógrafo se despliega cuando detecta una catenaria y hace contacto, permitiendo suministrar energía al vehículo. Esta potente solución está diseñada para camiones debido a la altura necesaria de las catenarias que son frágiles y sensibles al calor.