Somalia.

Desde hace meses, Somalia está sumida en una grave crisis alimentaria provocada por una sequía de una magnitud que no se veía desde hace al menos 40 años, y que también afecta a las vecinas Etiopía y Kenia. En los últimos meses, cientos de miles de somalíes -que viven principalmente de la ganadería y la agricultura- han tenido que abandonar sus pueblos tras quedarse sin recursos.

Las organizaciones humanitarias siguen advirtiendo del riesgo, cada vez más real, de hambruna en la región. Los empleados del hospital Banadir están desbordados. Según la doctora Hafsa Mohamed Hasan la sequía ha triplicado el número de pacientes que llegan por desnutrición. Algunos días, no hay suficientes camas para acoger a todos los enfermos.

Las últimas cuatro temporadas de lluvias desde finales de 2020 han sido insuficientes y hoy 7,1 millones de somalíes, casi la mitad de la población, pasan hambre, de los que 213 mil atraviesan una situación muy crítica, según la ONU.