España.

Son cinco cabezas, cinco caras que dan un vuelco a la historia de Tartessos. Primero porque se pensaba que era una cultura anicónica, es decir, que no representaban a sus dioses a través del arte. “Pero no, nos hemos encontrado con que un poco antes de La Dama de Elche ya se hacían este tipo de esculturas”, dijo el arqueólogo.

Y lo segundo porque no se sabía cómo eran sus rostros. “Es la primera vez que le ponemos un rostro a Tartessos. Pero yo creo que quizá lo más interesante es que es la primera vez que vemos cómo portaban sus joyas. Es la primera vez que vemos estas arracadas o la diadema que lleva otro de los fragmentos y que apareció igual en el tesoro de Aliseda. Pues ahora sabemos cómo las llevaban”, comentó el arqueólogo.

Ahora sabemos que las cadenas de los pendientes servían para sujetar su peso. Esta otra cara es de un soldado. Esta parte del casco y este tirabuzón de niño. Puede tratar posiblemente de un rito de paso, es decir, un guerrero que pasa de joven a guerrero. Están recién sacadas del horno y expuestas. No se han hecho todavía analíticas, pero si de color rojo.

Podrían aparecer también los cuerpos, pero de momento los arqueólogos se centran solo en estudiar las cabezas que han aparecido. Una ya tiene nombre. La llaman La Moreneta, porque se quemó en el incendio que originaron los habitantes del edificio cuando lo cerraron.

Es una de las noticias más importantes del año. Una referencia en la arqueología de todo el Mediterráneo.

El análisis de la piedra dirá si es de una cantera local o importada. Han aparecido también una nueva habitación, una nueva puerta de madera y esteras con restos vegetales.

Por: Extremadura.