Suiza.

Once años después del descubrimiento del bosón de Higgs en el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), sus expertos han desarrollado un nuevo método de medición de esta partícula subatómica, capaz de determinar su peso con una precisión del 0,09 %, la más elevada de las que se han realizado hasta hoy.

En un comunicado de prensa difundido hoy y coincidente con la Conferencia sobre el Fotón Leptón esta semana, los científicos del CERN dijeron que las nuevas mediciones servirán para poner a prueba la Teoría del Modelo Estándar, que es la que mejor describe el mundo de las partículas subatómicas y sus interacciones.

El conocimiento de esta medida permitirá cálculos teóricos más precisos y mediciones más exactas de las propiedades de la llamada «partícula de Dios», sobre todo acerca de sus desviaciones, que son fundamentales para explicar la presencia de fenómenos nuevos e inexplicables en el Universo.

Según los expertos del CERN, la exactitud de la nueva medida es «crucial» para explicar la evolución y la estabilidad del vacío del Universo. La nueva medida ha sido establecida en el experimento ATLAS, uno de los dos principales -de un total de nueve- que se desarrollan en el CERN y en el que se realizan los cálculos y observaciones de los datos que arroja el Gran Colisionador de Hadrones (LHC).

Lo que se ha logrado ahora es determinar la masa del bosón de Higgs a partir de un análisis de la desintegración de esta partícula en dos fotones de alta energía y de una medida de masa anterior que se basó en el estudio de la desintegración de la misma en cuatro leptones. La combinación de ambas medidas ha sido la que ha hecho posible determinar que la masa del bosón de Higgs es de 125,11 gigaelectronvoltios (GeV).

El portavoz del experimento ATLAS, Andreas Hoecker, atribuyó este nuevo avance a los «potentes algoritmos de reconstrucción y a las calibraciones precisas» de este experimento.

El bosón de Higgs se descubrió el 4 de julio de 2012, casi medio siglo después de que los físicos Peter Higgs y François Englert teorizasen por primera vez con la existencia de la partícula.

Esta confirmación fue uno de los hitos científicos más mediáticos de las últimas décadas y se consiguió gracias al LHC, el acelerador de partículas más potente del mundo.

Englert y Higgs recibieron un año después el Nobel de Física por «su descubrimiento teórico de un mecanismo que contribuye a nuestro entendimiento del origen de las partículas subatómicas con masa», así como el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica junto al CERN.