Bolivia.

Gorros, escarpines y suéteres de apenas 3 centímetros, libros minúsculos y figuras diminutas de madera, cerámica o metal que retratan a personajes paceños, conforman la exposición de las obras premiadas en el concurso municipal de la Alasita 2025, una iniciativa de la Alcaldía de la Paz para revalorizar esta tradicional festividad boliviana.

La muestra reúne un total de 21 piezas artesanales, entre ellas las 11 ganadoras y 10 menciones honoríficas que destacan por su nivel de detalle y creatividad en torno a la Alasita, la celebración de los deseos en miniatura declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2017.

El objetivo de este concurso es poder revalorizar la fiesta de Alasita, la tradición de las miniaturas y además de fortalecer las habilidades que tienen los artesanos de difundir nuestra cultura y nuestras tradiciones. Esta gestión ha tenido 11 categorías donde los artesanos han podido presentar sus trabajos en diferentes materiales”, aseguró Ely Arana, responsable de patrimonio e investigación cultural de la Secretaría Municipal de Culturas y Turismo.

El museo costumbrista de Juan Vargas, ubicado en la histórica calle de Jaén, acoge la exposición. En el centro de la sala, destaca el equeco ganador, una figura de apenas 10 centímetros, elaborado por el artesano Wilmer Apaza, conocido por sus trabajos en cerillas. La pieza está cargada con alimentos, bebidas, vehículos, un balón de fútbol y un equeco aún más pequeño en su sombrero.

Una de las obras destacadas fue la de Graciela Basilia Ibáñez, ganadora en la categoría de prendas de vestir, quien presentó una colección de ajuares para bebé, tejidos a mano con lana fina y palillos, con piezas de entre uno y tres centímetros.

“Es bonito participar, incentiva, desde muchos años, hay buena mano, buena obra a mano, que hay artesanos que nos gusta, nos encanta ser en miniatura y participar”, comentó Basilia Ibáñez.

Arana destacó la genialidad y destreza de los participantes y afirmó que el propósito de la exposición es visibilizar el trabajo artesanal que se crea con tanto esmero cada año en torno a la Alasita.