Estados Unidos.

La llamada ‘prohibición de viaje para abortar’ existe en al menos diez jurisdicciones del estado de Texas al sur de Estados Unidos. Es una reglamentación impulsada por el activista provida, Mark Lee Dickson, quien fundó en 2019 la iniciativa ‘Ciudad de Santuario para el No Nacido’. Ha sumado unos 70 pueblos, ciudades y condados. Muchos no exceden los 500 habitantes y están principalmente en Texas, pero también en Luisiana, Nebraska e incluso Nuevo México. Quiere que la ciudad tejana de Amarillo, con unos 200 mil habitantes, se sume.

“No queremos repetir lo que dice la Ley Estatal, queremos realmente cerrar estas lagunas jurídicas porque estamos experimentando todos estos horrores, como el tráfico de abortos y el regreso de restos fetales a la ciudad de Amarillo”, dijo Dickson.

Vecinos y autoridades de Amarillo debatieron el tema en una sesión de Consejo el 28 de mayo. “Uno de los puntos conflictivos con algunos de los miembros del consejo, es la cuestión del tráfico de abortos y tienen problemas con la prohibición de llevar a una madre embarazada a través de fronteras estatales con fines de aborto. Ahora bien, personalmente, no veo eso como algo controvertido, en absoluto, porque hay un niño no nacido que está siendo llevado contra su voluntad a través de fronteras estatales para ser asesinado. El aborto es un asesinato”, apuntó Dickson.

Vecinos provida de la ciudad de Amarillo piden a su municipio que permita a los residentes demandar civilmente a quienes transporten por su jurisdicción a una mujer que va rumbo a interrumpir su embarazo.

“Los ciudadanos tienen que informar que te fuiste y te hiciste un aborto y luego tienen que presentar una demanda contra los que te ayudaron. No, eso no, para mí es un gran no”, dijo James, retirado.

Aunque se declaró provida, el alcalde Cole Stanley, dijo que estas prohibiciones son inaplicables y pueden hacer que demanden al municipio por restringir el libre tránsito.

“Sabemos que la mayoría de los estadounidenses apoyan el acceso seguro y legal al aborto, pero hay un pequeño grupo de fanáticos que han decidido dedicar su vida a eliminar el acceso al aborto para el resto de nosotros”, dijo Harper Metcalf, cofundadora de la Alianza para la Libertad Reproductiva de Amarillo (ARFA).

En Texas no se penaliza a las embarazadas por abortar, pero se sanciona con cárcel a quienes se lo facilitan, hay excepciones como cuando está en peligro la vida de la madre, aún así, una veintena de mujeres denunció el año pasado que sus médicos se negaron a realizarles un aborto por temor a ir a prisión, alegando falta de claridad en las normas. Varias de ellas tuvieron que salir de Texas para abortar.