Montevideo, Uruguay.

La pandemia trajo consigo muchas interrogantes, pero también dejó algunas certezas. Una de ellas es que es necesario que el periodismo científico ocupe un lugar  en los medios de comunicación de América Latina. “El objetivo del periodismo científico es mostrar al lector cómo la información científica es importante para su vida”, cuenta André Biernath, periodista de Veja Saude y presidente de la RedeComCiência de Brasil.

En el escenario de una pandemia el periodismo científico se vuelve aún más necesario. Es que el conocimiento científico y este tipo de periodismo pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, dice Biernath. “Sin ciencia, no se saben las cosas y sin periodismo para llevar esa información al público, el conocimiento queda en las instituciones”, explica. ¿Cómo cambió el trabajo del periodista especializado? ¿Cuál es el lugar que ocupa las redacciones?

Para Myriam Vidal Valero, periodista freelance especializada en el tema en México, la ciencia empezó a tener más protagonismo durante la pandemia, pero no sucedió lo mismo con los periodistas científicos. “Creo que las redacciones todavía no terminan de entender que requieren un periodista especializado, alguien que realmente entienda sobre ciencia para hacer las preguntas correctas. Que se entienda que la ciencia le sirve a las personas para tomar decisiones en su día a día”.

Aleida Rueda, periodista científica y presidenta de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, coincide con la idea de que la ciencia ganó visibilidad, pero es escéptica sobre cuál será el cambio a futuro. De todas formas, considera que “hay que aprovechar la coyuntura y que hay más ciencia en el ecosistema, que el tema está en las conferencias de prensa y en las agendas mediáticas”.

Las dificultades que persisten

Aunque los periodistas científicos reconocen que su trabajo ganó más protagonismo, también hablan sobre las dificultades estructurales que persisten. Biernath cuenta que en Brasil el periodismo científico no aparece en la currícula de las facultades periodismo. “Eso es un problema porque no tenemos una formación para entender cómo leer un artículo científico o cómo llevar eso al público de una manera responsable. Eso se aprende mucho en el día a día”, agrega.

Otra de las dificultades es la ausencia de periodistas especializados en las redacciones. La situación del periodismo en América Latina es problemática: los equipos son cada vez más reducidos, hay menos personas haciendo más cosas. “Cuando hablamos de periódicos locales para ciudades pequeñas, muchas veces hay un solo periodista que tiene que escribir sobre todo; un día escribe sobre la corrupción de la ciudad, al otro día sobre los nuevos estudios de una vacuna que están haciendo para la COVID-19”, ejemplifica.

Para Rueda, quizás el mayor problema es la falta de legitimidad por parte de las audiencias y los medios. Muchas veces se le da a la ciencia un lugar supeditado al entretenimiento, sostiene, “cuando en realidad muchas de nuestras problemáticas latinoamericanas tienen que ver con una ausencia de conocimiento científico. Si no hay una legitimidad social de la ciencia, no se ve como un elemento esencial para hacer ciudadanía”.

Bruno Massare, editor de la Agencia TSS, de la Universidad Nacional de San Martín y  vicepresidente de la Red Argentina de Periodismo Científico, entiende que el periodismo científico muchas veces es subestimado porque no da muchos clics. Por eso, considera que es necesario que haya medios como la Agencia TSS, que no dependen de la lógica del tráfico, pero entiende que solo con eso no alcanza. “Tenemos que pensar caminos laterales para subsistir dentro de la lógica de los medios”, señala.

Periodismo científico vs. fake news

Desde estudios presentados como “científicos” hasta remedios caseros milagrosos, las noticias falsas se propagan en cuestión de segundos por las redes sociales. Ante esta situación, Biernath piensa que el periodismo científico tiene una función que cumplir. “Por ejemplo, tuve que escribir un artículo explicando por qué el boldo, una planta muy común en Brasil, no cura el COVID-19. Nunca estamos al frente de las fake news, estamos siempre atrás. Por más que tenemos esta función de transmitir notas con sustento, el daño muchas veces ya está hecho”.

Vidal Valero cuenta que en México hay muchos “esfuerzos individuales” por parte de periodistas para luchar contra las noticias falsas. Ella, por ejemplo, integra un equipo de verificación, conformado por la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia y Verificado, con el objetivo de combatir las noticias falsas que circulan sobre la pandemia. “Intentamos ver qué está pasando, por qué la gente está matando murciélagos o queriendo hacer fiestas de contagio”, explica.

Contenidos de calidad como respuesta

Para Massare, “ha habido una pérdida de espacio en los medios de la ciencia y creo que teníamos una expectativa de que eso cambiara un poco”. Sin embargo, todavía espera que el periodismo científico salga favorecido luego de la pandemia y encuentre su lugar. “Creo que se empieza a valorar que no es lo mismo que cualquiera comunique de estos temas a que lo haga un periodista científico”.

Según Biernath, así como las personas le dan valor al contenido de buena calidad para el entretenimiento y pagan por Netflix, Amazon Prime o HBO Go, eso debiera suceder con el periodismo. “Pienso que las personas, por la circulación de fake news, van a recurrir al periodismo bien hecho. Mi esperanza es que las personas empiecen a pagar por eso. Me parece que ese es un camino para el periodismo del futuro”.

Rueda proyecta un futuro similar: las audiencias son las encargadas de exigir contenidos de calidad. “Y los medios van a hacer lo que les exijan las audiencias”. El escenario menos positivo, sostiene, es que pasada la pandemia, la necesidad de la gente por saber de ciencia se acabe y el periodismo científico vuelva a tener poca representación”. Sin embargo, también observa un camino alternativo: la existencia de los medios emergentes. “Sí creo que puede haber un cambio, pero no necesariamente va a ser de los medios tradicionales. Los medios alternativos pueden retomar las audiencias decepcionadas. Y la balanza puede cambiar”.

Por: Mariana Cianelli / IJNet red internacional de periodistas