Francia.

Hoy en día, nuestros archivos, vídeos y fotos digitales se guardan en discos duros o centros de datos. En todo el mundo, la cantidad de datos se está disparando, pero los servidores que los almacenan consumen mucha energía para su funcionamiento y refrigeración.

Una solución es almacenarlos en ADN sintético, que no contiene genes. Hay que convertir el código binario de nuestros datos, los ceros y unos digitales, que nuestras computadoras pueden leer en un código genético, la famosa cadena de ADN, simbolizada por las letras ACGT.

El ADN reescrito se liofiliza y se almacena en cápsulas de metal. Para leer la información, basta con agregar una cota de agua. Luego, el archivo se puede recuperar utilizando un secuenciador de ADN. La ventaja es que, si se almacena a temperatura ambiente, protegido de aire y agua, el ADN permanece estable por miles de años.

Su conservación no requiere energía. Otra ventaja es que ahorra espacio. Todos los datos del mundo podrían almacenarse en 100 gramos de ADN, el equivalente a una barra de chocolate. Actualmente, codificar lleva varios días, decodificar toma varias horas y los costos de fabricación son aún muy elevados.