Barcelona, 7 jul (EFE).-

Dice Rayde Luis Baez, director general de WWP, una multinacional austríaca especializada en márketing deportivo, que no queda tanto para que tu teléfono móvil te dirija directamente hasta el puesto de perritos calientes nada más entrar en un estadio de fútbol.

«Hemos interiorizado que nuestros datos y nuestra información personal está en manos de diferentes plataformas. Llegará el momento en el que entrarás en un estadio de fútbol, en un partido del Mundial o de la Liga, y que automáticamente sepan tus gustos y te den información sobre dónde comprar tus productos favoritos. Esto va así», indica en una entrevista con EFE.

Baez, que trabaja en Barcelona y se formó en universidades estadounidenses, recuerda que las leyes de privacidad no pueden quedar al margen y se pregunta: «¿Nos importa que facebook tenga nuestros datos?».

«Hay personas a las que sí les importa, pero a la mayoría de la gente le da igual. Que sepan quienes son nuestros amigos, mientras no les llegue ‘spam’, nos es igual, que sepan que he estado en la playa o que es el cumpleaños de mis hijos, mientras no sepan donde vivo, también», comenta.

Baez recuerda que «desde el otro lado» de una ingeniería social esos bits de datos de cada persona «multiplicados por tres billones de personas» hacen un mapa perfecto.

«¿Sabes cuál es la mejor agencia de publicidad hoy en día? Es facebook, porque conoce y puede ‘mapear’ los gustos y las tendencias de la gente», insiste.

El directivo dominicano considera que es «importante» que la gente esté educada digitalmente. «Todo es un proceso de educación, igual que a nosotros nos educaron a no aceptar caramelos de extraños en la puerta del colegio, pues ahora hay que tener un control digital sobre tus datos», insiste.

Y claro, durante el Mundial de fútbol, la maquinaría publicitaria se pone en marcha en su máxima expresión. «Es la época en la que se utilizan más recursos de estrategia publicitaria y de psicología. Es tanto el bombardeo debido al Mundial que la gente, aunque no sea futbolera, le presta atención», insiste.

Comenta que su primera exposición al fútbol fue en el Mundial de 1994, cuando ‘Pizza Hut’ regalaba un balón firmado por Pelé si comprabas una cierta cantidad de productos. Y recuerda la polémica suscitada en Sudáfrica 2010 cuando un grupo de holandesas promocionó una cerveza de su país en las gradas y fueron desalojadas del estadio.

«Evidentemente el objetivo era que las detuvieran. Las echaron del campo porque hacían publicidad en las gradas -camisetas naranjas de la marca Bavarian- y se enfrentaron incluso a penas de cárcel. Por ejemplo, ahora en Rusia, a no se cuántos kilómetros a la redonda de un estadio, no se encuentran ni un cartel de Nike, es imposible, es ilegal», comenta.

Baez también encuentra a faltar en Europa una mayor implicación de los jugadores en los procesos comunicativos y recuerda el modelo estadounidense.

«Por ejemplo, en la NBA, los jugadores tienen más interiorizado que son socios del negocio, mucho más que aquí. Tienen el mismo derecho de sentarse en la mesa y a hablar de contratos de patrocinio. Aquí no está muy claro: tienen una opinión y la externalizan», insiste.

El especialista en mercados imagina que si los jugadores en Europa, además de hablar de temática deportiva, opinarán también de cuestiones sociales, de cosas relevantes, «de qué pasa con el Aquarius, de la igualdad racial o de la de género», las cosas cambiarían.

«En Europa queda mucho camino por recorrer en este sentido. Allí, en Estados Unidos, todo funciona por ‘perfomance on court’ (rendimiento en la pista), acceso a los medios, información y ser socios, en el caso de la NBA, los jugadores son socios al 50%», asegura.

Por todo ello, considera que iniciativas como ‘The Players Tribune’, que conecta directamente a los seguidores de los diferentes deportes con los jugadores, es «una evolución natural», porque «los jugadores saben cómo funciona el negocio, su opinión es válida y saben que muchas veces son objeto de conflicto».