EEUU.

Entender cómo se replica el VIH dentro de las células es fundamental para desarrollar nuevas terapias. Ahora, científicos estadounidenses han determinado la estructura molecular de una proteína -llamada Pol- clave en las últimas etapas de replicación del virus, el proceso por el que se propaga y extiende.

El descubrimiento, publicado en Science Advances, revela una nueva vulnerabilidad del virus que podría ser objeto de fármacos, según el equipo liderado por el Instituto Salk y la Universidad de Rutgers.

«Es importante destacar que el establecimiento de la estructura de la molécula ayuda a responder a las preguntas que se plantean desde hace tiempo sobre cómo esta proteína se descompone para avanzar en el proceso de replicación», sostienen los autores en un comunicado.

La estructura informa de la función, «y los conocimientos que hemos obtenido al visualizar la arquitectura molecular de Pol nos dan una nueva comprensión del mecanismo por el que se replica el VIH», resume Dmitry Lyumkis, del Salk.

El equipo utilizó la microscopía electrónica criogénica para revelar la estructura tridimensional de la molécula de la proteína Pol del VIH.

Entre otras cosas, esto permitió descubrir que Pol es un dímero, es decir, que está formado por dos proteínas unidas, un hallazgo fue «una sorpresa» porque otras proteínas virales similares son conjuntos de una sola proteína.

Los científicos ya sabían que la citada proteína se divide en tres enzimas -la proteasa, la transcriptasa inversa y la integrasa- que trabajan juntas para ensamblar la forma madura -infecciosa- del virus.

El nuevo artículo sugiere que la proteasa inicia el proceso al liberarse del resto de la molécula, con la ayuda de la transcriptasa inversa y, posiblemente, de la integrasa.

«Se sabía (pero no se entendía) que hay un acoplamiento entre estas enzimas antes de que Pol se rompa. La visualización de la estructura de esta proteína explica la base de este complejo mecanismo», afirma Eddy Arnold, de la Universidad de Rutgers, quien añade: «esta era una pieza clave que faltaba en el rompecabezas estructural del VIH».

Las imágenes resuelven el misterio de cómo funciona esta gran proteína del VIH para formar virus infeccioso, resumen los autores, que indican que estas «vistas detalladas» pueden conducir a nuevos tratamientos contra el virus que puede causar el sida.

Los tratamientos actuales contra el VIH incluyen múltiples clases de inhibidores para las tres enzimas, y este nuevo descubrimiento también revela una nueva vulnerabilidad a la que se podrían dirigir los fármacos, describe Dario Passos, del Instituto Salk.