Nicaragua.

 

El escritor y exvicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez, espera que los jóvenes de su país provoquen un cambio que acabe con lo que llama dictaduras dinásticas.

“No soy parte de ningún proyecto político de cambio en el país hoy en día. Eso les corresponde a los jóvenes de hoy construir esa alternativa para el país. Y yo soy un observador crítico y no estoy en medio de la acción política. Esa es la diferencia”, manifestó Sergio Ramírez.

El presidente Daniel Ortega acusó al escritor de conspirar para menoscabar la integridad nacional e incitar al odio y la violencia, y la Fiscalía pidió su detención en septiembre pasado.

Ramírez combatió junto a Ortega la dictadura de los Somoza y fue su vicepresidente durante su primer gobierno entre 1985 y 1990, pero ahora está exiliado en España.

“Somoza me sacó de Nicaragua y me procesó. Me acusó de los mismos crímenes, traición a la patria y situación a delinquir, conspiración para delinquir de los cuales esta dictadura me acusa ahora”, contó Sergio Ramírez.

El escritor pidió no olvidar a los opositores presos. Desde 2018 decenas de manifestantes fueron detenidos, aunque luego fueron liberados en 2019.

El año pasado 40 opositores fueron detenidos antes de la reelección del ex guerrillero Ortega por 4.º mandato consecutivo en unos cuestionados comicios. El Gobierno ha ilegalizado casi dos centenares de organizaciones de la sociedad civil en los últimos cuatro años.

“El papel es el que yo estoy cumpliendo. Yo soy un escritor con una voz crítica. Voy a alzar mi voz siempre que sea necesario, si voy a hablar de mi oficio de escritor como lo hice hoy, voy a abrir la ventana que mira hacia mi país y voy a recordar lo que está pasando. Los presos políticos, los sacerdotes perseguidos. Yo no puedo separar mi oficio de escritor de mi oficio público”, explicó Sergio Ramírez.

De acuerdo con Ramírez, el gobierno de Ortega se aprovechó de la coyuntura mundial enfocada en Ucrania, para agudizar sus medidas contra la oposición.

El escritor recibió el lunes un doctorado honoris causa de la Universidad de Costa Rica y en 2017 ganó el prestigioso Premio Cervantes. Pese a las circunstancias, confía en que volverá a caminar por las calles de Managua.