Italia.

 

El país europeo anhela que sus grandes áreas entren en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. En el Teatro San Carlo de Nápoles, inaugurado en 1737 y considerado el recinto de ópera más antiguo de Europa. No hay dudas del valor especial de la ópera italiana.

“La ópera nació en Italia, indudablemente. Si miramos a Monteverdi, por ejemplo, si miramos Venecia, el canto italiano es indudablemente el inicio”, dijo Stéphane Lissner, director del Teatro San Carlo Nápoles.

En el camerino del San Carlo, el barítono italiano Gabriele Viviani se prepara para interpretar La Tosca de Puccini, una de las óperas más representativas del repertorio italiano, con un argumento que combina amor, intriga, violencia, pasión y muerte.

“Según yo, el canto italiano es una forma de arte que promueve la paz en todo el mundo. Una forma de sensibilidad humana, porque la ópera, el canto lírico, es lo que da vida a las sensaciones y emociones, tanto para el público como para quien lo hace”, destacó Gabriele Viviani.

La candidatura que será examinada por la UNESCO a finales de año, entusiasma por igual a los espectadores. “Puccini, Rossini, Bellini, Donizetti…Sí, porque las emociones que esos compositores nos dan son universales, traspasan la historia y las fronteras”, destacó una espectadora.

El Teatro de San Carlo busca frenar la creencia de que la ópera está reservada a la élite y en busca de atraer nuevas audiencias, reserva plazas a precios reducidos para el público joven.