Francia.
Desde hace dos años, una variante tóxica de un alga llamada «ostreopsis» es cada vez más frecuente en el océano Atlántico.
Desde 2021, cerca de 900 personas se han visto afectadas por la ostreopsis, una forma de alga microscópica detectada por primera vez en el océano Atlántico.
Un nuevo informe de ANSES, la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria francesa, advierte de los peligros del contacto humano con el alga y sus toxinas.
Marc Rappoport, médico residente en Biarritz, cree que se contaminó cuando practicaba surf en San Juan de Luz, en la región vasca.
Aunque la inhalación de aerosoles marinos sigue siendo el modo más común de infección, también puede producirse por contacto con la piel o por ingestión. Los síntomas suelen aparecer a las pocas horas del contacto directo o indirecto con las algas y tienden a desaparecer en cuestión de días.
Además de los surfistas, las personas que trabajan en las playas, como los socorristas, corren especial riesgo de infección. El Comité Vasco de Socorristas declaró a Euronews que aún no habían registrado un aumento significativo de casos de ostreopsis entre el personal.
Los trabajadores de los comercios y restaurantes cercanos también corren el riesgo de exposición al aire, según el informe. Igualmente, y según recuerda el portavoz de la ANSES, Carole Castini, «las personas con problemas respiratorios» deben estar especialmente atentas.
Controles en las costas de Francia y España
En 2021, varias playas de Biarritz, San Juan de Luz y Bidart, en la costa vasca, tuvieron que ser cerradas como medida preventiva, debido a los altos niveles de ostreopsis.
Con todo, durante la pandemia el seguimiento de las infecciones por esta alga resultó difícil para las autoridades sanitarias, ya que los síntomas eran similares a los de la COVID-19. Desde entonces las autoridades han intensificado la vigilancia científica de las aguas de la región.
Maïder Arosteguy, alcalde de Biarritz —una ciudad que atrae a miles de turistas cada año— confiesa a Euronews Green que el cierre de las playas sigue siendo muy poco probable este año.
«Tenemos más información ahora que en 2021», nos explica Arosteguy. «También sabemos que si cerráramos las playas, deberíamos cerrar también los restaurantes y comercios cercanos por su presencia en el aire».
Arosteguy reconoce igualmente que estaban «muy decepcionados» con la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria francesa «por no enviarnos el informe antes de que se hiciera público. Ahora debemos apresurarnos a actuar, pero no se nos advirtió antes de los hallazgos».
El alcalde de Biarritz nos recuerda por último que cuando los niveles de ostreopsis alcancen índices alarmantes se catalogarán en Kalilo, una aplicación meteorológica que opera en la región vasca.
Sin embargo, algunas organizaciones consideran que la vigilancia por parte de las autoridades podría ir más allá. La ONG Surf Rider Europe —que trabaja para preservar los océanos de toda Europa— ha estado tomando muestras periódicas de los niveles de ostreopsis en zonas de surf.
«Los surfistas viajan desde todo el mundo para surfear aquí, pero no necesariamente escuchan las advertencias sobre las algas. Queremos garantizar su seguridad», declara a Euronews Marc Valmassoni, portavoz de Surf Rider Europe.
Los surfistas corren un riesgo de contaminación especialmente elevado: «Los nadadores se meten en el agua entre 10 y 15 minutos seguidos, pero los surfistas permanecen mucho más tiempo. Un surfista beberá de media el equivalente a un vaso de agua por sesión de surf».
Por ello, la ONG ha estado concienciando tanto en clubes de surf como en farmacias y centros comunitarios sobre los peligros de estas algas.
¿Culpa del cambio climático?
Los brotes de ostreopsis se producen principalmente en verano, cuando las temperaturas del agua superan los 20 grados.
Estas microalgas se observaron por primera vez en Francia en 1972, y ahora se encuentran regularmente a lo largo de las costas mediterráneas de Francia, Italia y España.
La variante tóxica de la ostreopsis se denomina cepa «ovata» y procede de aguas tropicales. Apareció en el Mediterráneo debido a una combinación de calentamiento global y movimientos de transporte marítimo.
La ostreopsis tiene un color marrón rojizo, pero no suele ser visible debido a su tamaño microscópico. Puede agregarse en floraciones flotantes, así como dar al agua un sabor metálico. No obstante, otras formas de algas también pueden fusionarse en floraciones en el océano Atlántico y confundirse con la ostreopsis.
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