Madrid, 2 jul (EFE).-

La mayor parte de la vida en el mar se encuentra en los primeros 200 metros, mientras que el océano profundo -hasta los 4.000 metros- está casi ‘despoblado’. A pesar de estas diferencias, un grupo de científicos ha constatado que la biodiversidad microbiana de ambas zonas está íntimamente conectada.

Esta investigación, resultado del análisis de las muestras tomadas durante la Expedición de Circunnavegación Malaspina 2010, se publica en la revista PNAS y, según sus autores, ayudará a comprender mejor el funcionamiento del planeta y la gran capacidad de dispersión de los microorganismos.

Sus responsables son científicos del Instituto de Ciencias del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, ambos españoles, y de la King Abdullah University of Science and Technology (Arabia Saudí).

Se trata de la primera vez que se estudia la conexión de las comunidades microbianas a lo largo de la columna de agua -desde la superficie hasta los sedimentos del fondo del océano-, y para ello los investigadores tomaron muestras en ocho puntos del Índico, Pacífico y Atlántico.

Mediante técnicas de secuenciación masiva de ADN y herramientas bioinformáticas se caracterizaron las comunidades microbianas marinas presentes en partículas de distintos tamaños y en diferentes profundidades.

El CSIC explicó, en una nota de prensa, que el hundimiento de partículas orgánicas formadas en la superficie del mar se produce a través de la denominada lluvia de partículas, un mecanismo que transporta material hacia el océano profundo y que, además, juega un importante papel en el ciclo del carbono, ya que secuestra el carbono en el fondo del océano e impide que vuelva a la atmósfera.

«El estudio muestra que las partículas que caen desde la superficie funcionan como vectores que inoculan los microorganismos que llevan asociados en el mar profundo», detalló Montserrat Sala, científica del Instituto de Ciencias del Mar.

Josep M. Gasol, también de este centro, resumió: el trabajo revela que el mecanismo de conexión entre superficie y océano profundo a través de partículas es muy importante, ya que entre el 80% y el 90% de las especies se encuentran en ambas profundidades.

Esta concordancia, sin embargo, es más evidente en el caso de la comunidad microbiana asociada a partículas de mayor tamaño, que son las que sedimentan más rápidamente.

Además, el trabajo sugiere que los microorganismos que llegan desde la superficie hasta las profundidades marinas determinan la biogeografía microbiana del océano profundo.

Mireia Mestre, también del Instituto de Ciencias del Mar, concluyó que de la misma manera que el microbioma humano es importante para conocer los procesos metabólicos y la salud de las personas, conocer el microbioma del planeta es igualmente importante, ya que determina la vida en la Tierra.