Estados Unidos.

El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York revive más de 200 vestidos y accesorios históricos en su gran exposición anual de moda, una exhibición en la que destaca el uso de las tecnologías para permitir que los visitantes aprecien las obras con los cinco sentidos.

A través de la inteligencia artificial, rayos X, animaciones visuales o paisajes olfativos, se da acceso sensorial a estas prendas. La muestra que abrirá al público el 10 de mayo se titula Bellas Durmientes, en referencia a aquellos vestidos antiguos tan frágiles que no podían ni colocarse en maniquíes y que ahora lucen en vitrinas.

Un ejemplo de Bella Durmiente es el vestido mariposa con cascadas de seda de chiffon de Charles James de 1955, del que el MET dispone dos uno en condición impecable y otro dañado. Mostrándolos juntos explica cómo su uso y su diseño contribuyen con su deterioro.

Las galerías se distribuyen, además, en tres secciones que exploran temas naturales partiendo de la tierra, el aire y el agua, y donde se pueden apreciar diseños de Cristóbal Balenciaga, Hubert de Givenchy o Elsa Schiaparelli.

Otro de los alicientes es un vestido de Jeanne Hallée de en torno a 1913, con falda trabada y que vuelve a la vida con una técnica tecnológica en la que se ve a una mujer llevándola y convirtiéndose en un insecto.