México.

Educar desde el amor y buscar la empatía, es el principal reto de la lucha constante de la comunidad LGBT+ que tiene como fin conseguir que se garanticen los derechos de todas las personas.

La comunidad LGBT+ tiene una larga historia de luchas y manifestaciones alrededor del mundo, no obstante, fue hasta 1960 que, tras una redada violenta en Nueva York, diversos grupos se organizaron para alzar la voz en pro de las distintas diversidades sexuales y se dio origen al Día Internacional del Orgullo LGBT+.

En conmemoración de esta festividad, la edición de junio de #DiálogosNCC “Ser es resistir: la lucha de la comunidad LGBT+” abrió un espacio para que activistas LGTB+ hablaran sobre lo que es ser parte de la comunidad en sus distintas sociedades.

La principal lucha ha sido con las mismas personas, en el caso de Ecuador la comunidad LGBT+ vive una situación muy complicada, pues sus logros han sido lentos, por ejemplo, apenas en 1997 se despenalizó a la homosexualidad y hace menos de cinco años, el 12 de junio de 2019, se aprobó el matrimonio igualitario.

No obstante, las y los activistas reconocieron que el principal problema de la actualidad no son las leyes, sino las personas. “Los grupos conservadores obstaculizan los avances en la lucha por la defensa de los derechos de la comunidad” comentó, Pamela Troya quien encabezó la lucha por el matrimonio civil igualitario en Ecuador.

Bajo esta misma línea, la religión también se ha convertido en un obstáculo de la comunidad, “la iglesia fomenta una idea de que las personas de la comunidad LGBT+ son pecadores, son un error”, señaló Bélgica Ledesma, mujer trans que lucha por sus derechos desde la comunidad de Junín en Perú.

Asimismo, señaló que la principal necesidad es educar, informar a las autoridades, pues algo que padece mucho la comunidad son los crímenes de odio, principalmente provenientes de las autoridades: “¿A quién exigir mis derechos, cuando es el mismo Estado quien me violenta?”, puntualizó la activista.

La visibilidad en la lejanía

Jobis Shosho es wixárika y activista LGBT+, señala que incluso dentro de los mismos integrantes de la comunidad hay violencia: “Hay mucha discriminación tanto fuera como dentro de la comunidad. Hay clasismo. En los pueblos una manifestación es diferente y lo que se busca es dar visibilidad dentro del pueblo”.

La vida en los pueblos es muy diferente a la de la ciudad, y eso afecta también a la comunidad. En el caso de Bélgica Ledesma, que menciona vivir en un pueblo machista y muy religioso, las ideas de la iglesia generan problemas a la hora de convivir en las fiestas patronales, pues muchas personas trans del pueblo son creyentes, pero no encuentran un espacio de esparcimiento, por eso la “principal violación que se comete es al derecho de la libertad”, puntualiza la activista.

Se lucha por el reconocimiento, no por la fama

Al preguntarles sobre, ¿cómo identificar a una persona activista? Los asistentes concordaron en que el activismo es una lucha y no se lucra con ella.

“El activismo ha logrado el matrimonio igualitario (…) el activismo es un camino, es ser autodidacta, es saber lo que estoy defendiendo y formar un discurso que empatice, es saber qué es lo que estoy luchando”, ahora, “las nuevas generaciones ya no se preguntan si pueden o no hacerlo, saben que lo pueden hacer”, precisó Pamela Troya.

Por su parte Bélgica Ledesma explicó el cómo se puede ayudar a la comunidad sin ser activista: “Se trata de parar la violencia, estamos acostumbrados a discursos violentos y se tienen que frenar”; además, invitó a la participación de propuestas que busquen brindar apoyos, como la creación de un albergue para personas LGBT+ que se han visto en la necesidad de abandonar su hogar a causa de la violencia.

Respecto a la lucha actual, Jobis Shosho compartió cómo las redes sociales lo han ayudado a encontrarse con más personas pertenecientes a la comunidad dentro y fuera de su pueblo y sobre todo a encontrar apoyo.

“Recuerden seguir brillando no sólo este mes del orgullo LGBT+, sino todos los meses y nosotros como pueblos originarios brillar desde nuestras raíces”, fue el mensaje final de Jobis Shosho.

Los asistentes concluyeron que lo que ganan con el activismo a favor de la igualdad entre las personas es la “riqueza de espíritu, de emociones, de ayudar a cambiar vidas”.

En el marco del Día Internacional del Orgullo LGBT+, la mesa de diálogo  de la decimosexta edición de #DiálogosNCC: “Ser es resistir: la lucha de la comunidad LGBT+” estuvo integrada por Jobis Shosho, Bélgica Ledesma, Pamela Troya; con la moderación de Roberto Hernández, comunicador, gestor cultural y activista LGBT+.

Por: Diana González / NCC Iberoamérica.