Honduras.

La Mosquitia Hondureña, un bosque ubicado en el departamento de Gracias a Dios, conocido como el corazón del corredor biológico mesoamericano, una selva que se comparte entre Honduras y Nicaragua y se convierte en el segundo bosque más grande de Centroamérica.

Sin embargo, esta zona llena de llanos, árboles, plantas, ríos y fauna está siendo afectada por la deforestación ilegal, la venta ilícita de tierras y la tala desmedida debido a las invasiones, solo impactan de manera negativa al pueblo misquito.

“Nosotros hemos caminado la zona, la verdad que entristece ver la cantidad de hectáreas porque no hablamos de dos o tres hectáreas sino que son 50, 100 e incluso hasta 300 manzanas que descombrar. Esto para sembrar pasto, para ganado, entonces nos vemos obligados a crear conciencia con las personas”, destacó Hernán Rápalo, técnico región forestal La Mosquita ICF.

La comunidad indígena de la Mosquitia está sufriendo un impacto medio ambiental grave, los ríos comienzan a secarse, los animales dejan la zona, cada vez se pierde más bosque, lo que afecta en diferentes maneras a los nativos ya que no pueden cruzar los ríos en sus pipantes u otras embarcaciones y se les dificulta la salida de sus regiones.

Una de las problemáticas es el río Mocorón, que se nos está secando, que a las personas a nosotros nos dificulta ahora subir un pipante hacia Aguas Abisman. Si lo hacíamos en tres horas ahora tenemos que arrastrar el pipante y eso nos complica mucho más y es a causa de la deforestación”, detalló Rápalo.

Los habitantes de la Mosquitia Hondureña Invitan a la población en general a tomar conciencia y a no destruir las reservas nacionales, ya que dañamos el hábitat de muchas especies de animales.

“Si había un árbol de caoba que ellos lo utilizaban para hacer pipantes, ahora les cuesta conseguirlo. Tiene que arrastrarlo más de cinco o seis kilómetros. Entonces todo esto les viene a retrasar bastante”, comentó Rápalo.

Los bosques son el hogar de innumerables especies de plantas y animales. Son pulmones de nuestro planeta y reguladores del clima.

Cada uno de nosotros puede marcar la diferencia. Al tomar pequeñas acciones en nuestra vida diaria, podemos proteger estos invaluables ecosistemas.

Por: STVE.