Estados Unidos.

La farmacéutica estadounidense Pfizer dijo el jueves que prorrogará hasta 2030 un programa de donación de medicamentos destinado a eliminar el tracoma, una enfermedad ocular responsable de la ceguera o la discapacidad visual de casi dos millones de personas en el mundo.

La empresa cofundó la Iniciativa Internacional contra el Tracoma (ITI, por sus siglas en inglés) en 1998. Desde entonces, ha donado casi 1.000 millones de dosis del antibiótico azitromicina, lo que ha contribuido a reducir en un 90% el número de personas afectadas.

«Estamos tan cerca de llegar a donde tenemos que estar con la eliminación de esta enfermedad que no podíamos rendirnos ahora», dijo a la AFP la directora de sostenibilidad y vicepresidenta senior de Pfizer, Caroline Roan.

Pfizer hizo el anuncio en Kigali, la capital de Ruanda, durante una cumbre sobre el paludismo y enfermedades tropicales desatendidas.

El tracoma es una infección causada por la bacteria Chlamydia trachomatis y se transmite a través del contacto humano (uso compartido de toallas y pañuelos, contacto con las manos) y moscas que tuvieron contacto con secreciones oculares de personas infectadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

África es el continente más afectado y el número de mujeres que quedan ciegas cuadruplica el de los hombres, debido probablemente a su estrecho contacto con niños infectados.

Las infecciones repetidas arrastran las pestañas hacia dentro, donde rozan el ojo, lo que provoca dolor y daños permanentes en la córnea, señala la OMS.

Unos 136 millones de personas viven en zonas donde el tracoma es endémico.

Una larga batalla 

En un primer momento, el objetivo de la iniciativa era eliminar la enfermedad para 2020. Gracias a los progresos realizados, el tracoma ha dejado de ser un problema de salud pública en 13 países, entre ellos México y China. Pero la enfermedad persiste en 44 países.

A raíz de la iniciativa, se evalúan distintas zonas y, si más del 5% de los niños están infectados, se ofrece el antibiótico a toda la población local, una vez al año, tanto para el tratamiento como para la prevención.

«Algunas de las campañas tratan literalmente a 10 millones de personas en una semana, lo que realmente elimina el reservorio infeccioso», declaró a la AFP el director de la ITI, Paul Emers.

Pero el desafío es llegar a poblaciones aisladas, incluidas las nómadas, así como combinar el medicamento con la promoción de medidas higiénicas como el lavado frecuente de la cara en zonas donde el agua puede ser escasa.