Ecuador.
“Nosotros somos responsables de que el paciente no sienta dolor, pero más importante, que su corazón siga latiendo, que sus pulmones sigan respirando y que su cerebro, después de haber dormido, vuelva a la condición normal. Esa es nuestra función como anestesiólogos”, dijo Paul Espinoza, médico anestesiólogo.
Que este profesional de la salud pueda preparar a los pacientes para cirugías complejas y prolongadas que en el pasado eran impensables, es posible gracias al descubrimiento de la anestesia. Un procedimiento que ha revolucionado la medicina, pues hasta el siglo XIX no existía una forma efectiva de eliminar el dolor durante las cirugías.
“Las cirugías antes duraban 5 minutos. Se le amarraba al paciente, les daban alcohol o les daban plantas eh o herbarios, los cuales generaban un poco de estupor y las cirugías tenían que ser rápidas porque los tiempos de las drogas eran muy cortos”, explicó.
En 1846, el dentista William Morton realiza la primera demostración pública de una cirugía de tiempo prolongado, sin dolor, con éter y en el Hospital General de Massachusetts. Este evento marcó oficialmente el nacimiento de la anestesia moderna. “Eso cambió revolucionariamente las cosas, porque primero las cirugías fueron más limpias, menos cruentas, menos dolorosas y más seguras”, dijo.
Desde que se descubrió cómo operar sin dolor y sin dejar traumas, muchos otros aspectos han revolucionado para precautelar la seguridad del paciente. “Antes de utilizar medicamentos que generaban mucha mortalidad, había pacientes que cuando entraban a la cirugía se despedían de sus familiares porque obviamente no despertaban porque se paraban durante la cirugía, porque sangraban de más o porque generaba una lesión cerebral irreversible. Ahora los fármacos son tan seguros que sus vidas medias duran muy poco en el cuerpo, estamos hablando de que en minutos se eliminan de la sangre. Entonces, si usted me dice cuánto ha evolucionado la anestesiología, la anestesiología ha evolucionado cada año exponencialmente geométricamente mucho”, detalló.
Detrás de cada cirugía exitosa hay un profesional que pocos ven, el anestesiólogo. Su papel es silencioso pero vital. Mientras el cirujano opera, él vigila cada latido, cada respiración, cada cambio en el cuerpo del paciente. “Y la pasión es tratar de salir vivo de ese paciente y obviamente tratar de que no tenga dolor. Un profesor nos decía, “El anestesiólogo trabaja tras el telón, pero mi objetivo es no tener tanto en la condición de titularidad en una cirugía, sino más bien, dicho, apoyar al cirujano y llevarle un buen camino al paciente”, contó.
Estos profesionales han entendido que no solo se trata de dormir al paciente durante la cirugía, sino de protegerlo incluso cuando está inconsciente. “Al paciente lo duermo, lo cuido y lo protejo durante la cirugía y lo despierto y lo dejo en la recuperación, tal cual como llegó”, concluyó.
Por: Universidad Técnica del Norte / Viviana Obando.
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