Suecia.
Investigadores y ONG´s consideran a la orina humana como una alternativa a los fertilizantes químicos, para reducir la contaminación ambiental y alimentar a una población en crecimiento. Los fertilizantes nitrogenados sintéticos impulsan la producción agrícola. Pero usados en exceso, contaminan el medio ambiente. Y sus precios están por las nubes, más aún con la guerra en Ucrania.
“Si podemos reemplazar nuestros fertilizantes nitrogenados y utilizar la orina, en lugar de perderlo en las plantas de tratamiento de aguas residuales, porque hoy es lo que ocurre, se volatiliza y se pierde en la atmósfera, por lo que podríamos reutilizarlo en nuestros cultivos”, dice el granjero Emanuel Laureau.
Separar y recolectar la orina requiere cambiar los sanitarios, la red de recolección y superar ciertas ideas preconcebidas. La desviación de la orina en los baños ya fue experimentada en ciudades ecológicas suecas a inicios de los años 1990, y posteriormente en Suiza y Alemania. También se están realizando pruebas en Estados Unidos, Sudáfrica, México, India y Etiopía. Las primeras generaciones de inodoros con desviación de orina, considerados poco prácticos y antiestéticos, o el miedo a los malos olores podrían haber sido un freno.
“Esta idea de que usamos agua potable para descargar el inodoro es algo cada vez menos aceptable, desde el momento en que cada vez más personas son conscientes de que es un recurso preciado que está escaseando, entonces es una forma de desperdiciarlo, sabiendo que en las zonas urbanas se trata a un costo alto”, señala Marine Legrand, antropóloga a cargo de la animación e investigación dentro del programa OCAPI.
Pero, ¿la gente está lista para comer alimentos fertilizados con orina? Un estudio muestra marcadas diferencias entre países. La tasa de aceptación es muy alta en China, Francia o Uganda, pero baja en Portugal o Jordania. “Tenía dudas sobre los productos con fitofármacos, las drogas que se pueden encontrar en la orina y finalmente resulta que hay muy pocos residuos encontrados en la orina. Hay más en el cuerpo que en la orina”, explicó el granjero.
La orina todavía está luchando por imponerse como una alternativa a los fertilizantes sintéticos. Pero con los precios de la gasolina en alza y el deseo de muchos países de fortalecer su soberanía alimentaria, en relación con la guerra en Ucrania harán que se preste más atención a esta alternativa.
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