Samawah, Irak.

 

Hace poco más de un mes, 148 gacelas vivían en la reserva iraquí de Sawa, pero ahora solo quedan 87, víctimas del cambio climático y de la falta de financiamiento público.

Irak sufre los efectos del calentamiento global, con lagos secos, precipitaciones escasas en invierno y temperaturas cercanas a los 50 grados en verano.

El presidente iraquí, Barham Saleh, afirma que la lucha contra el cambio climático es «una prioridad nacional para Irak, porque es una amenaza existencial para las generaciones futuras». 

En el sur del país, las gacelas blancas de la reserva de Sawa son las víctimas del este cambio climático y el 40% de ellas desapareció entre finales de abril y finales de mayo, explica Turki Al Jayashi, director de la reserva.

Reconocidas por su pelaje y sus cuernos pálidos y de color arena, este tipo de gacelas se encuentran principalmente en los desiertos de Libia, Egipto y Argelia.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) los clasifica como especie «en peligro».

En la reserva de Sawa, «ya no hay suministro de alimentos, porque ya no recibimos los fondos necesarios» que antes proporcionaba el gobierno, dice el director. «Y el clima también ha afectado mucho a las gacelas».

El invierno pasado apenas llovió en esta región casi desértica, y las plantas, de las que se alimentan las gacelas, no pudieron crecer.

El suelo está seco, los escasos arbustos que ofrecían algo de alimento están mustios. Bajo un techo de chapa, unas cuantas gacelas se protegen del sol bebiendo agua de los abrevaderos y compartiendo un montón de heno.

Escasez de agua

El verano aún no ha comenzado, pero las temperaturas ya se han acercado a los 50 grados en gran parte de Irak.

En el sector agrícola, las cosechas de cereales se prevén catastróficas. La sequía es la causa pero también las represas construidas aguas arriba en Turquía e Irán, que han reducido considerablemente el nivel de algunos ríos.

La desertificación afecta al 39% de las tierras iraquíes, y la escasez de agua es un problema para todas las regiones. «Esto provocará una disminución de la fertilidad de las tierras agrícolas debido a la salinización», advirtió el presidente Barham Saleh.

Con la esperanza de salvar a las gacelas de la reserva de Sawa, su director dijo que había recibido 100 millones de dinares (casi 66.000 euros, unos 70.000 dólares) de la presidencia para tratar a los animales.

En Irak, otras reservas albergan gacelas blancas, sobre todo Al Madain (sureste de Bagdad), Diyala (centro-este de Irak) y Kirkuk (norte).

Pero su número en estas tres reservas se ha reducido en un 25% en los últimos tres años, hasta los 224 individuos, según un funcionario del ministerio de Agricultura que habló bajo condición de anonimato y que atribuye el descenso a la «falta de financiación pública en los últimos años».

Por: Assad Niazi.