Alemania.
El cuerpo humano produce un montón de datos y muchos de ellos ya los podemos leer: los del genoma, del metabolismo, de la sangre o de las hormonas. ¿Pueden sanar los algoritmos?
Solo los datos del genoma comprenden terabytes. Los algoritmos pueden procesar semejantes cantidades de datos y pueden conocer patrones o desviaciones en los datos, por ejemplo, el cáncer de piel en sus sustancias mensajeras epigenéticas llamativas.
En un estudio, un ordenador comparó células cutáneas benignas y malignas, a partir de minúsculas diferencias en el ARN. El algoritmo encontró las sustancias mensajeras que permitieron detectar el cáncer de piel. Muchos datos corporales pueden medirse con un teléfono inteligente.
El análisis de datos podría hacerse así: la inteligencia artificial analiza constantemente nuestros datos corporales, cualquier desviación de un estado ideal se detectaría inmediatamente. Se podría identificar así el momento crítico mucho antes de que la persona enfermara, pero entonces, ¿qué será una enfermedad en el futuro?, ¿un mal auto influido, o el destino?
La salud podría considerarse responsabilidad del individuo, pero al mismo tiempo, necesitamos mantener el control sobre nuestros datos corporales y decidir a quién facilitamos los datos y con qué fines.
Si se leen los datos de nuestro cuerpo y se utilizan con fines médicos, ello puede ayudarnos a vivir más y mejor, pero al mismo tiempo, debemos mantener una actitud crítica ante esta evolución.
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