Brasil.

Hasta mediados de marzo, este pequeño hospital de Sao Paulo, no era el único de toda la región con casos de COVID-19 identificados como P1, la variante del coronavirus que, junto con la cepas británica y sudafricana, más preocupa a la comunidad internacional.

Un mes después, el virus está fuera de control y ahora es una amenaza para los más jóvenes. La falta de restricciones en la movilidad, fue el motor para el surgimiento de la P1 y muchas otras variantes que se multiplican por Brasil, son objeto de preocupación.

Es lo que explica el virólogo Felipe Naveca, director de investigación en Fiocruz Amazonía, principal grupo de monitoreo de las variantes en ese país. “En cualquier país con una gran población y una alta tasa de transmisión, el riesgo seguirá existiendo. En marzo, notificamos a las autoridades sanitarias de la existencia de dos nuevas variantes: la N9 y la N10, ambas linaje de la variante 33”, explicó el virólogo Naveca.

El gobierno de Jair Bolsonaro, nunca impuso restricciones en la circulación de personas. Así fue que, por ejemplo, justo en el momento que Manaos ya sufría el colapso por la falta de oxígeno y los hospitales abarrotados, este paciente Joison de Souza, llegó a Sao Paulo contratado para trabajar en el montaje del Carnaval, que este año está planeado para junio.

“Vinimos aquí y no sabíamos que estábamos enfermos, creo que fue en el barco cuando comenzamos a sentirnos mal. Trabajamos más de una semana en la escuela de Samba de Sao Paulo cuando el presidente nos pidió que hiciéramos una prueba rápida. Y luego de las 27 personas, 13 se infectaron. A mí me afectó mucho el pulmón, no podía hablar, me cansaba mucho. Entraba en pánico”, dijo el paciente.

El estado de Amazonas es considerado el origen de la variante P1. Un estudio de la Universidad de Sao Paulo en conjunto con Oxford y el Imperial College, apunta a que la cepa se originó en noviembre del año pasado pese a que el 67 por ciento de la población ya estaba inmunizada. La alta circulación del virus en la población con anticuerpos, facilitó el desarrollo de la cepa más fuerte que hoy está presente en 36 países.

Los estudios más actuales muestran que la variante P1 es 2.5 veces más contagiosa y podría ser más agresiva, lo que explica, en parte, la mayor internación de jóvenes en las unidades de cuidados intensivos brasileñas. En marzo el 52 por ciento de los pacientes más graves, tenían menos de 45 años.

Las vacunas usadas en el país, la Sinovac y la Astra Zeneca, serían eficaces contra las últimas variantes. Sin embargo, los expertos temen que las nuevas cepas que están surgiendo ahora, sean resistentes a ellas. La mayor preocupación del virólogo Felipe Naveca, es la posibilidad que se le está brindando al virus de que continúe evolucionando y llegue a un punto “en el que realmente se escape de las vacunas, entonces tendremos el peor escenario”.

A causa de las altas tasas de contagio con las nuevas variantes, Francia suspendió los vuelos desde Brasil, sumándose a otros 15 países.

Por: Deutsche Welle.