Tailandia.

Aguas cristalinas de arena blanca y paradisíacas, así son las playas de Tailandia, el país que se ha alzado como una de las grandes potencias del turismo mundial.

La popularidad del país se debe a sus paisajes, que varían desde idílicas islas hasta parques naturales con abundante vida salvaje. Pero en medio de los incentivos por recuperar la economía aún se busca la fórmula para hallar el equilibrio entre turismo masivo, desarrollo económico, sostenibilidad y preservación.

Esta gran cantidad de turistas podría poner en peligro algunas de las biosferas más emblemáticas de la nación, tal y como pasó con la emblemática playa de Maya Bay en las islas Phi Phi, que recibió casi dos millones de visitantes en 2016, lo que provocó grandes estragos al ecosistema y tuvo que permanecer cerrada durante cuatro años.

Para este 2024, Tailandia espera recibir 35 millones de turistas, al mismo tiempo que busca intensificar las medidas de conservación para evitar tragedias ambientales.

Estas medidas incluyen prohibición de que los barcos ancoren en ciertos sitios, la limitación de aforo de hasta 3.000 turistas diarios en Maya Bay, el veto de bañarse en la bahía y el impulso de las labores al lado del sector privado y la comunidad local para la restauración de corales, fauna y flora en las islas.