Ecuador.

Aunque podría pensarse que las enfermedades cerebrovasculares afectan únicamente a los adultos mayores, lo cierto es que en las últimas décadas se ha observado un incremento alarmante de derrames cerebrales en jóvenes.

“Técnicamente, lo llamamos accidente cerebrovascular de tipo hemorrágico, que es lo que usualmente a nivel popular se le conoce como derrame cerebral. Cuando el vaso sanguíneo se rompe, la arteria se rompe a nivel cerebral y se produce una hemorragia”, explicó Widmark Báez, médico y docente de la Universidad Técnica del Norte (UTN).

“Hoy en día se están presentando en personas cada vez más jóvenes, debido a los factores de riesgo, es decir, el sobrepeso, la obesidad”, agregó Rodrigo Alvear, médico y docente de la Universidad Técnica del Norte (UTN).

La hipertensión arterial es el principal desencadenante de un derrame cerebral, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS),  afecta a uno de cada cuatro adultos jóvenes de entre 18 y 39 años de edad a nivel mundial.

“Esto es importante: que a partir de los 15 años, al menos una vez al año o dos veces al año, yo me mida la presión arterial, que haga un monitoreo de mi presión arterial para ver cómo esta se va comportando. El momento en que yo identifico una hipertensión arterial, debo tomar las medidas correctivas del caso, un tratamiento adecuado, cambios en el estilo de vida”, dijo Báez.

También existen causas menos frecuentes como malformaciones del corazón que ocurren desde el nacimiento. Un estudio publicado por la revista Stroke reportó que entre el 10% y el 15% de los accidentes cerebrovasculares ocurren en personas entre 18 y 50 años. En general, los hombres tienen más probabilidades de sufrir un derrame cerebral a edades más tempranas.

Existen algunas señales que pueden alertar de un posible derrame cerebral. “El momento en que esto ocurre, el paciente va a presentar trastornos de conciencia, trastornos de memoria, dificultad para hablar, puede tener desvanecimiento, puede tener un desmayo, incluso problemas de movilidad”, detalló Báez.

Cada minuto sin atención médica puede significar la pérdida de millones de neuronas y, por lo tanto, mayores posibilidades de morir o quedarse con discapacidad severa. Tener un derrame cerebral puede frenar por completo la vida de una persona, en especial, de alguien que está en su edad más productiva. Es por ello, que la prevención es clave para proteger la salud cerebral desde la juventud.

En la prevención debemos estar atentos en cuanto a síntomas como dolores de cabeza, por ejemplo, no subestimar un dolor de cabeza que puede ser el primer síntoma de una hipertensión arterial no controlada que está ahí latente. También los trastornos del sueño o niveles de estrés altos, también me deben llevar a pensar que de pronto puedo estar yo desarrollando una hipertensión arterial, que es el principal factor de riesgo para llevar a un derrame cerebral o un evento cerebrovascular de tipo hemorrágico”, concluyó.

Por: UTN / Viviana Obando.