España,

Darth Vader y un soldado imperial cobraron vida e invadieron este miércoles la Escuela de Ingeniería de Barcelona Este (EEBE) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), en el noreste de España.

Lo hicieron en son de paz y aliados con un grupo de profesores del centro con un buen propósito: ser el reclamo de unas jornadas científicas en las que se analizó cuánto hay de cierto -o posible- y cuánto de falso en la mítica saga cinematográfica de «Star Wars».

¿Existen planetas como Tatooine, con dos soles? ¿Se puede hacer una espada láser? ¿Es posible congelar y descongelar a una persona, como a Han Solo?. Estas son algunas de las preguntas que se abordaron en tres conferencias impartidas por profesores de la Escuela.

La actividad se llevó a cabo con la colaboración de la Asociación Star Wars España, que se encargó de animar la previa con un «photocall» en el que alumnos, profesores y trabajadores de la universidad se pudieron fotografiar con dos miembros de la entidad disfrazados de Darth Vader y de soldado imperial, así como con las figuras del maestro Yoda y los robots R2-D2 y BB-8.

«Yo de pequeño quería ser jedi, me gustaba mucho la fuerza, y he acabado siendo físico», bromeó Emilio Jiménez, investigador del departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales y uno de los profesores impulsores de esta iniciativa.

Con una capacidad de seducción mayor que las clases de mecánica cuántica o física, las conferencias se llenaron de estudiantes del centro que, de una forma distendida, pudieron conocer algunos conceptos científicos relacionados con Star Wars, cuya credibilidad se vio bastante mermada por parte de los expertos.

El mismo Jiménez es el encargado de avanzar la primera decepción de la jornada: «No, desgraciadamente no es posible hacer una espada láser. Llevo toda mi vida pensando en cómo hacerla y no se puede».

Los láseres no chocan entre sí ni sueltan chispan al tocarse, no se ven, no se paran a cierta distancia y van mucho más rápidos que en las películas, donde las ráfagas de los blasters -las pistolas láser- llegan a ser esquivadas.

Sin embargo, Jiménez deja una puerta abierta a la esperanza: «Si nos vamos a la versión original, Obi-Wan Kenobi no dice que sea un sable láser, es un sable de luz. Quizás está hecho de plasma. ¿Podemos hacer sables de luz con plasma? Quizás sí, pero esto será el tema de otra charla».

En «The Empire Strikes Back», Han Solo es congelado en carbonita por Darth Vader y posteriormente logra ser descongelado. Una idea que, en humanos, aún pertenece al ámbito de la ciencia ficción, pero que en la naturaleza existe desde hace miles de años, señala Luis Carlos Pardo, investigador del grupo de investigación de Caracterización de Materiales.

«Esto lo hacen unas ranas de Siberia y unos ositos de agua, los tardígrados», indica Pardo. Estos animales son capaces de eliminar toda el agua de su cuerpo por otros líquidos que al congelarse no se cristalizan, de forma que pueden permanecer a bajísimas temperaturas y en condiciones muy duras en estado letárgico.

El profesor explica que ya hay una empresa en Estados Unidos, llamada Alcor, que está congelado a personas técnicamente muertas a las que se les cambia el agua de su cuerpo por glicerol y se las encierra en un tanque de nitrógeno líquido.

«La idea es que algún día les puedan descongelar, pero ahí ya entramos en el terreno de la ciencia más ficción que ciencia, pero es investigación puntera y nunca se sabe cuándo va a ser realidad», indica, añadiendo que estos procesos sí que pueden tener una viabilidad a más corto plazo en el caso del transporte y trasplante de órganos.

Finalmente, el catedrático de Física Jordi José puso en tela de juicio los viajes intergalácticos de la saga, rebatiendo algunas de las afirmaciones supuestamente científicas que se hacen en las películas, pero reconoció que con Tatooine, el planeta de dos soles, sí que se adelantó a la ciencia

Entonces aún no se había descubierto ningún planeta circumbinario, es decir que orbitara alrededor de dos estrellas, pero actualmente ya se conocen 23 de este tipo y el año pasado se descubrió uno con tres.

«En el fondo, la ciencia ficción es muy similar a la investigación científica. Te enfrenta a una situación desconocida y tienes que mirar cómo afrontarla, imaginar soluciones y mundos posibles. Sueños como ir a la luna o visitar otros mundos han nacido gracias al trabajo que se ha hecho en la ficción», indica José.

Su conferencia termina recordando que tan solo conocemos «alguna cosa del 4 por ciento del contenido de todo el universo», mientras que hay un 23 por ciento de materia oscura y el 73 por ciento restante es energía oscura, y dando la razón a «Star Wars»: «Vivimos en un universo dominado por el lado oscuro».