Miami, EE. UU.

La tripulación de la Estación Espacial Internacional (EEI) abrió este sábado la escotilla e ingresó en la cápsula Starliner de Boeing, que anoche por primera vez se acopló al llamado laboratorio orbital tras despegar desde Cabo Cañaveral, Florida (EEUU).

«Este es un día trascendental en la historia de la NASA y simplemente allana el camino hacia el futuro a medida que comenzamos a permitir vuelos comerciales aquí en órbita terrestre baja, mientras que la NASA gira hacia la luna y, finalmente, hacia Marte», dijo el astronauta de la NASA Bob Hines, durante una breve y simbólica ceremonia de bienvenida.

«Es quizás una victoria pequeña, pero es una muy importante victoria», dijo por su parte el cosmonauta Oleg Artemyev, actual comandante de la Expedición 67 de la EEI, luego de que la tripulación completara las tareas al interior de la cápsula encajada en el módulo Harmony.

Los siete tripulantes de la estación espacial abrieron la escotilla de la cápsula a las 12.04 de la tarde de hoy, hora del este de EEUU (16.04 GMT), y posteriormente ingresaron a la Starliner, que de esta forma por primera vez recibía a astronautas estando en órbita.

Previo a ello, la nave se acopló sin mayores incidentes a las 8.28 de la noche del viernes (00.28 GMT del sábado), es decir poco más de 75 minutos después de la hora prevista, tras completar una serie de maniobras hechas de forma autónoma que fueron supervisadas por los miembros de la Expedición 67 y desde el centro de control de la NASA en Houston (Texas).

Entre otras, la Starliner realizó pruebas para demostrar que es capaz de detenerse cuando se le ordena, además de separarse de la estación en caso de una emergencia.

Dado que la cápsula arribó a la EEI al final de la jornada de trabajo para los miembros de la Expedición 67, la apertura de la nave se programó para este sábado.

La cápsula Starliner de Boeing, de unos 5 metros de altura y con capacidad para una tripulación de hasta siete personas, partió el jueves rumbo al laboratorio orbital tras ser lanzada en la cúspide de un cohete Atlas V, fabricado por la firma privada ULA, desde la estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida.

El éxito de esta crucial misión no tripulada, llamada OFT-2 (Orbital Flight Test 2), tiene como fin demostrar «las capacidades de extremo a extremo» de la nave espacial Starliner, desde su lanzamiento hasta su regreso a la Tierra, y lograr de esta manera la certificación de la NASA que le permita transportar astronautas hacia y desde la EEI, tal como ya lo hace la firma privada SpaceX.

La cápsula, que se mantendrá cinco días en el laboratorio orbital, llevo consigo unas 500 libras (230 kilos) de suministro y equipos de la NASA, y 300 libras (136 kgs) de material de Boeing.

El viaje de regreso concluirá en el desierto de Nuevo México (EE.UU.), donde aterrizará con 600 libras (270 kgs) de carga, incluidos tres tanques reutilizables del sistema de recarga de oxígeno y nitrógeno que proporcionan aire respirable a los miembros de la tripulación de la estación.