Iberoamérica.
Criticados por su impacto en el medio ambiente, los países petroleros del Golfo están apostando por las empresas especializadas en la captura de CO2 para reducir sus emisiones y combatir el cambio climático.

La compañía nacional saudí Aramco, primer exportador de crudo del mundo, y la emiratí ADNOC se están interesando de cerca por esta industria balbuciente y de momento muy costosa.

Las medidas de eliminación de CO2, de antaño consideradas como marginales, están consideradas ahora como una herramienta necesaria en la lucha contra el cambio climático por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC),

«Para el sector y también para los países, es imposible alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de aquí a 2050″ sin la adopción de esa tecnología de captura de dióxido de carbono, explica a AFP el responsable de programas de descarbonización de ADNOC, Musabbeh Al Kaabi.

«Me gustaría ver más energía eólica y solar, pero siendo prácticos y transparentes, eso no resolverá el problema», añade.

Prueba del interés suscitado por esta tecnología fue la participación de numerosas start-up especializadas en una conferencia celebrada la semana pasada en Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, el país que acogerá a fin de año la próxima reunión de la ONU sobre el clima, la COP28.

«Las alianzas con los sectores del petróleo y el gas nos ayudan a actuar con celeridad» frente a la emergencia climática, abunda Talal Hassan, fundador de la empresa emergente omaní 44.01.

Ganadora del premio Earthshot en Reino Unido, la empresa 44.01 se asoció a ADNOC para lanzar un proyecto piloto consistente en secuestrar CO2 y mantenerlo capturado en una roca muy frecuente en el Golfo, la periodista.

«Con las rocas que hay en la región, podemos potencialmente mineralizar billones de toneladas de CO2», el principal gas causante del calentamiento global, sostiene Talal Hassan.

Además de la captura y el almacenamiento de CO2 producido por instalaciones ya existentes, la tecnología más reciente de captura directa en el aire suscita igualmente el interés de las empresas.

Talal Hassan cree que a las empresas emergentes de este sector les interesa aliarse con las compañías de energías fósiles, ya que «utilizamos en gran medida los mismos equipamientos, las mismas infraestructuras y los mismos recursos». «Eso nos ayudará a subir de escala más rápidamente».

Debate a la vista en la COP28

Muchos expertos advierten no obstante que esta tecnología incipiente no debe sustituir las políticas de salida progresiva de los hidrocarburos.

El responsable de la oenegé Greenpeace para Oriente Medio, Julien Jreissati, calificó incluso de «distracción» la tecnología de captura del CO2.

El debate se anuncia como uno de los principales en la COP28, prevista entre finales de noviembre y diciembre en el emirato de Dubái.

El presidente de la ADNOC, Sultan al Jaber, que pilotará las negociaciones multilaterales, pidió la semana pasada «estudiar seriamente» las técnicas de captura del CO2, y llamó a los gobiernos a alentar al sector a avanzar en esta pista.

Musabbeh Al Kaabi argumenta que los gigantes de los hidrocarburos disponen de los medios técnicos y financieros necesarios para promover esta tecnología útil en la lucha contra el cambio climático.

«El mundo tiene dos opciones: dejar que se encarguen los pequeños actores, o que los grandes actores aceleren la descarbonización», destaca.

En 2016, ADNOC lanzó el primer proyecto comercial de captura de dióxido de carbono en la región, Al Reyadah, capaz de retirar de la atmósfera 800.000 toneladas por año.

Un clima empresarial propicio

A su vez, la petrolera saudí Aramco ha invertido en la empresa británica Carbon Clean.

La firma, cuya tecnología ha sido adoptada en 49 proyectos en todo el mundo, desarrollará este año su primer proyecto en Oriente Medio, en Emiratos Árabes Unidos.

«Las empresas de la región son muy favorables a las soluciones consistentes en la captura de carbono», sostiene su CEO, Aniruddha Sharma.

Y esto forma parte de «una tendencia más amplia en la región del Golfo, no sólo en el sector del petróleo y el gas, sino también en el sector del cemento, el aluminio e incluso la gestión de residuos», explica.