Ecuador.

El deseo del ser humano por embellecerse es tan antiguo como la humanidad misma. Por eso la historia de la industria cosmética se remonta a las primeras civilizaciones, hace más de 12.000 años. A partir de ahí, el sector de la belleza no hizo más que crecer y crecer hasta convertirse en una industria multimillonaria que percibe ingresos de hasta 600 mil millones de dólares al año a nivel global.

En el caso de Ecuador, cifras oficiales de la Asociación Pro Cosméticos indican que las ventas del sector cosmético ascienden a mil millones de dólares al año. Sin embargo, esta rentable industria también es una de las más sedientas y contaminantes del mundo.

Esta industria utiliza una serie de recursos, entre ellos los minerales, utiliza partes de derivados del petróleo y también utiliza mucho recurso hídrico”, dijo Santiago Cabrera, docente.

Y es que solo el sector cosmético es responsable del consumo estimado de 78 millones de litros de agua al año. De hecho, solo el proceso medio de fabricación del shampoo requiere aproximadamente 2500 litros de agua por kilogramo producido, una cifra alarmante considerando que las Naciones Unidas han alertado que el 52% de la población vivirá en regiones con estrés hídrico para el 2050.

“Estos procesos de industrialización demandan de varios recursos. Entre ellos el hídrico. En ese sentido la podríamos catalogar como empresas de más impacto”, relató Santiago Salazar, docente.

Además, alrededor del 90% del líquido utilizado en la industria termina como agua residual, agravando aún más el impacto ambiental, pues los compuestos de los que están fabricados estos productos, como la mica, los parabenos, el alquitrán, entre otros, no pueden ser descompuestos por la naturaleza.

Cada uno de esos productos, al llegar a los ecosistemas acuáticos, al llegar al suelo, al llegar a las plantas depuradoras de agua, no son fáciles de destruir. La naturaleza no tiene organismos que sean específicos para poder degradar estos compuestos, entonces muchos de ellos van a llegar y van a ser una afectación grave, considerable sobre las especies acuáticas, sobre los animales, sobre los océanos también, porque al final muchos de estos productos terminan ahí y a la final, sobre los arrecifes de coral, entre otras especies, se van a ver muy amenazadas por estos productos químicos”, comentó Cabrera.

Por otro lado, este sector es el 4.º mayor consumidor de plástico por envasado y es una fuente de contaminación plástica y microplástica. Para tener una idea, por cada kilo de plástico que se produce se emiten 3,5 kilogramos de dióxido de carbono, afectando inmediatamente al medio ambiente.

Pero el plástico no solo está presente en los envases, sino también en los propios productos. No es coincidencia, entonces, que científicos hayan encontrado microplásticos en el cerebro de personas, así como en los tractos digestivos de animales marinos.

Por estos y muchos otros motivos desde hace años, la industria se encuentra en la mira de organismos internacionales que pretenden controlar el impacto ambiental que genera este sector de la belleza.

Por: UTN.