Londres, Inglaterra.
Un innovador jardín creado por el paisajista Tom Massey y el arquitecto Je Ahn para el Chelsea Flower Show de Londres demuestra cómo la inteligencia artificial puede ayudar a gestionar los espacios verdes urbanos, al asegurar que cada elemento recibe los cuidados que necesita.
Su ‘Avanade Intelligent Garden’, que combina varias especies arbóreas con coloridas flores, es una de las atracciones de este año en una de la ferias de jardinería más famosas del mundo, que se celebra hasta el sábado en los terrenos de un hospital militar en el barrio de Chelsea, oeste de la capital.
Junto con este espacio, concebido en colaboración con la consultoría Avanade de Microsoft, atrae la atención del público un jardín pensado para que lo disfruten los perros, diseñado por el televisivo horticultor Monty Don, y el ‘Jardín de la Compasión’, inspirado en un refugio para artistas de la sierra de Mallorca (España) y que, después del certamen, se trasladará a un hospicio.
Chequeo de salud
En el oasis de Massey y Ahn, los árboles «hablan para decir lo que requieren», a través de pequeños sensores instalados en sus cortezas que transmiten datos a una base, con la que el usuario puede interactuar y hacer preguntas.
Según explica Ahn a EFE, se trata de una tecnología pionera que puede transformar la gestión de la naturaleza en las ciudades, por la que ya se ha interesado el alcalde londinense, Sadiq Khan.
«Cuando Avanade contactó con nosotros, nos preguntó cómo creíamos que la IA podría contribuir positivamente a nuestra labor. Nuestro equipo lleva mucho tiempo trabajando en el ámbito público y sabemos que las plantas y los árboles son beneficiosos, pero el reto es mantenerlos. Tres de cada diez árboles urbanos mueren en un año y el 50 % superviviente en un plazo de 10, antes de alcanzar los 16 años de madurez que hacen falta para lograr la neutralidad de carbono», explica.
Una mala selección de los ejemplares, la forma de plantarlos, las especies priorizadas o la ubicación equivocada son algunas de las causas de esa situación, pero la realidad, apunta Ahn, es que «a menudo no se sabe lo que ocurre, y ahí es donde la inteligencia artificial puede ser de gran ayuda».
«Si podemos monitorizar los árboles y ver cómo sobreviven, prosperan o sufren, probablemente obtendremos una visión más precisa de lo que sucede, más teniendo en cuenta los complejos microclimas de las ciudades y los choques producidos por el cambio climático», señala.
Radiografía de la salud del árbol
La tecnología, que se entrena para ser ‘experta’ en cada especie y su comportamiento, recopila datos del árbol, como el flujo de savia y el nivel de hidratación, y también monitorea el terreno, al tiempo que está conectada con la Oficina Meteorológica del Reino Unido para propiciar un riego adecuado al patrón de lluvia.
«La máquina con el software procesa los datos y proporciona una radiografía de la salud del árbol. Lo interesante sería recibir datos de muchos árboles en las ciudades para ir construyendo una imagen cada vez más amplia y certera», afirma.
Diversión perruna
En un país que adora a sus mascotas, no es de extrañar el éxito del Jardín para Perros de Monty Don, que cuenta con árboles para sombra, agua para que los canes se refresquen, caminos para perderse y explorar y mobiliario a prueba de mordiscos, además de juguetes como pelotas y palos.
Don revela que su espacio, que tras la feria pasará a decorar una conocida perrera londinense, está inspirado en su propio jardín y pretende reflejar la realidad caótica de lo que es tener un animal de compañía.
Como es habitual desde su fundación en 1913, la familia real británica visitó el lunes en privado el Chelsea Flower Show, encabezados por el rey Carlos III y su esposa Camila, que inspeccionaron varios jardines a concurso y expositores.
Ambos pudieron apreciar además una rosa cultivada en honor del monarca, muy aficionado a la jardinería, por el famoso productor inglés David Austin, que lució también en la solapa el exfutbolista David Beckham, otra de las estrellas presentes esa jornada.