México.
La serotonina ha cobrado fama por ser llamada “la hormona de la felicidad”, en referencia a su papel como neurotransmisor regulador del estado de ánimo. En los últimos años, una faceta menos conocida ha llamado la atención de la comunidad científica: su participación en la función reproductiva de la mujer.
Desde hace varias décadas, en la Unidad de Investigación en Biología de la Reproducción de la FES Zaragoza de la UNAM se investiga la relación entre el ovario y la serotonina.
La doctora María Elena Ayala Escobar, desde sus estudios de doctorado, demostró la importancia de esta sustancia química en la regulación de la función ovárica.
Su punto de partida fue la publicación, a mediados de los años 60, de uno de los primeros trabajos que reportaba la relación entre el ovario y la serotonina. Sin embargo, en la actualidad siguen siendo pocos los estudios al respecto, expresa la investigadora.
¿Dónde la encontramos?
A la serotonina se le identificó por primera vez en el suero; se le dio el nombre de enteramina porque se observó que generaba vasoconstricción y contracción del músculo liso. Luego, cuando se identificó su estructura química se le nombró 5-hidroxitriptamina (5-HT) y posteriormente serotonina.
Es una sustancia que se sintetiza a partir de un aminoácido esencial, el triptófano, el cual no lo produce el cuerpo, sino que se obtiene del consumo de alimentos como los frutos secos, las semillas, el kiwi, la piña y el cacao, principalmente.
Popularmente se le ha llamado “la hormona de la felicidad”, pues se le ha relacionado sobre todo con los estados de ánimo. Pero el cerebro no es el órgano que más la produce, pues en él sólo se genera entre 2 y 5% de la serotonina que tenemos en nuestro organismo.
La mayor cantidad, entre 90 a 95%, se concentra en el tracto gastrointestinal, en las células denominadas enterocromafines. Ahí es responsable de regular el tránsito de los alimentos en el proceso de digestión.
También la encontramos en las plaquetas que circulan por nuestra sangre, en donde participa en los procesos de coagulación.
Los ovarios también producen serotonina
Por su parte, la doctora Ayala Escobar y sus colaboradores en la FES Zaragoza han demostrado que los ovarios también producen serotonina.
La investigadora destaca que en el ovario existe un sistema serotoninérgico (independiente del que está en el cerebro y en el estómago), una estructura que cuenta con las células que producen la serotonina, los receptores de ésta, así como las enzimas que la sintetizan, la descomponen y la transportan.
Para que la serotonina actúe en el cerebro, o en el ovario necesita tener receptores que le permitan realizar sus funciones en estos órganos. Así, la serotonina que se acumula en el cerebro no pasa a la periferia, sino que se queda en el cerebro, y aquella que se genera en el ovario o en el intestino, no pasa al cerebro. “Es muy sorprendente que tengamos sistemas serotoninérgicos centrales y periféricos”.

Imágenes Shutterstock. Diseño: Bárbara Castrejón DGDC-UNAM
Estructura y funcionamiento del ovario
El ovario es el órgano protagonista del aparato reproductor, y no sólo es importante para la reproducción, también lo es para la fisiología en general de la mujer.
Produce los óvulos y las hormonas esteroides sexuales más importantes para las mujeres como la progesterona y los estrógenos. La primera es importante durante el ciclo menstrual y en el mantenimiento del embarazo, en tanto los estrógenos permiten mantener la masa muscular, la salud ósea y regulan a nivel central la conducta sexual de la mujer.
Estas hormonas mantienen la estructura y funcionamiento del oviducto, del útero, de la vagina y de los genitales externos.
La estructura y funcionamiento del ovario se regula por el eje reproductivo Hipotálamo-Hipófisis-Ovario.

Imágenes Shutterstock. Diseño: Bárbara Castrejón DGDC-UNAM
El hipotálamo produce la hormona liberadora de las gonadotropinas (GnRH), que en la hipófisis estimula la producción y liberación de la hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), las cuales viajan por la circulación hasta llegar al ovario.
En esos tres puntos del eje reproductivo actúa la serotonina. Es esencial para que se sintetice GnRH, para que se libere FSH y LH, y para que en el ovario crezcan los folículos, se sinteticen estrógenos y éstos ayuden al folículo a terminar de crecer. Y se produzca la ovulación. Sin la FSH y la LH no habría desarrollo folicular y ovulación.
Anfetaminas y antidepresivos
Aunque la serotonina tiene un papel importante en la función ovárica, en la actualidad ha tomado mayor relevancia esta relación porque algunos fármacos antidepresivos o sustancias derivadas de las anfetaminas modifican la producción de serotonina sin valorar las consecuencias que esto traería a nivel hormonal y para la vida reproductiva de la mujer, advierte la doctora Ayala.
“En Estados Unidos, la FDA ha autorizado el consumo de estos antidepresivos para niños de 8, 10, 11 años, cuando todavía no llega ni siquiera el inicio de la adolescencia y las repercusiones en el ámbito reproductivo van a ser muy marcadas si no se toma en consideración este aspecto”.
En sus investigaciones en modelos animales, Ayala y su equipo han observado que el consumo de algunos antidepresivos, como la fluoxetina, ocasionan dos fenómenos: folículos con doble ovocito (lo normal es tener sólo uno) y fragmentación del ovocito, el cual se daña y muere. Los ovocitos son las células en proceso de transformarse en óvulos.
Efectos del exceso de serotonina
“El exceso de serotonina va a generar problemas de funcionamiento al ovario. Y dependiendo del tiempo que se consuma la fluoxetina puede provocar efectos transitorios, problemas de ingesta de alimento que también inciden en la fisiología del ovario y son los responsables de que se modifique la ovulación en los modelos animales donde se tratan con fluoxetina”.
Estos antidepresivos actúan en el sistema de recaptura de la serotonina, el cual consiste en que una parte de la serotonina que es sintetizada y liberada por la célula es reincorporada a la célula que la liberó para ser reciclada.
Un antidepresivo bloquea la recaptura de serotonina, lo que permite que ésta actúe por más tiempo y ayude a mejorar el estado de ánimo, pero hoy se sabe que también genera efectos secundarios en el ovario, afirma la investigadora.
Asimismo, su trabajo en modelos animales busca conocer efectos del consumo de los derivados de las anfetaminas. Lo que han observado es que disminuyen la serotonina a nivel ovárico y el estradiol, alteran el desarrollo folicular, provocan la degeneración de los folículos y aceleran la muerte celular por apoptosis de las células de la granulosa en el folículo ovárico, y una consecuencia de todos estos eventos es que disminuyen la ovulación.
Destaca que, aunque hay pocos reportes, en el caso de la mujer el consumo crónico de los derivados de las anfetaminas puede inducir disfunción sexual.
La investigadora precisa que los efectos provocados por los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina, como la fluoxetina, pueden ser revertidos una vez que se suspende el tratamiento, aunque no inmediatamente, sino con el paso del tiempo, a diferencia de los derivados de las anfetaminas, los cuales pueden generar daño neurológico permanente.
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