Francia.

La magnitud de un terremoto mide la energía liberada por la ruptura de la falla que lo provoca. Se calcula por la amplitud y duración del movimiento de la Tierra registrados por los instrumentos sismológicos.

La magnitud es una cantidad logarítmica. Un aumento de un grado en la escala de magnitud corresponde a una liberación de energía 30 veces mayor. La escala de Richter es una de muchas unidades de magnitud, pero los sismólogos prefieren usar la escala de magnitud de momento.

Existe una relación entre la magnitud del sismo, el tamaño de la falla y el desplazamiento entre los dos bloques separados por la falla. La intensidad, en tanto, mide el daño en la superficie, está ligada a la severidad del temblor del suelo en un lugar determinado, al considerar sus efectos en las personas y en las estructuras hechas por el hombre. La profundidad del sismo, así como el tipo de rocas atravesadas por las ondas sísmicas, influyen en la intensidad.

Para un mismo sismo la intensidad puede variar de un lugar a otro. Dos sismos de la misma magnitud pueden tener distintas intensidades máximas y viceversa. La intensidad depende de la distancia desde el foco sísmico y decrece alejándose de él. Las escalas van desde uno en regiones donde el temblor es imperceptible hasta 12, donde se destruyen estructuras de suelo.