Lo que se creía que era una sola especie en realidad son dos. Este es el sorprendente hallazgo que ha hecho un equipo internacional de investigadores mientras estudiaban la ruta migratoria del colibrí gigante de América del Sur, entre Chile y Perú.
Las dos especies parecen idénticas pero las apariencias engañan: sus genomas y comportamientos indican que hay dos especies distintas de colibrí gigante, subraya un estudio recogido este lunes en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Lo curioso es que “hasta ahora nadie se hubiera dado cuenta de que se trata de dos especies distintas. Tan diferentes entre sí como los chimpancés lo son de los bonobos», explica uno de los autores, Chris Witt, biólogo de la Universidad de Nuevo México.
Descubrimiento sorpresa
El objetivo inicial de la investigación era estudiar las rutas migratorias de las poblaciones de colibrí gigante, para lo que los investigadores instalaron geolocalizadores y transmisores por satélite en ocho ejemplares en Chile y Perú.
Las rutas migratorias revelaron que hay una especie de colibrí gigante septentrional, que vive más al norte, y permanece a la altura de los Andes peruanos todo el año, y otra meridional, que migra desde el nivel del mar en Chile hasta los 4.000 metros de altitud durante los meses en los que no se reproduce.
Esta última realiza un viaje anual de hasta 8.000 kilómetros, desde la costa chilena hasta los Andes peruanos, ida y vuelta, un trayecto superior a la distancia que habría en línea recta entre Nueva York y Estambul.
“Se trata de una de las migraciones de colibríes más largas del mundo, si no la más larga”, señala Jessie Williamson, investigadora del Laboratorio de Ornitología de la universidad neoyorquina de Cornell.
Los autores sostienen que el cambio en el comportamiento migratorio es lo que impulsó la especiación hace millones de años, aunque no hay forma de saber si la capacidad de migrar la ganó una especie o la perdió la otra.
Hasta ahora, solo se conocía una especie en el árbol genealógico de los colibríes gigantes, mientras que sus parientes más cercanos, los colibríes garganta de rubí, que son ocho veces más pequeños, se diversificaron en 165 especies distintas.
Alpinistas en miniatura
Los investigadores proponen nombres comunes sencillos para las dos especies: Colibrí Gigante del Norte y Colibrí Gigante del Sur.
La especie migratoria meridional conservaría el nombre latino Patagona gigas, y para la septentrional, que permanece en los Andes peruanos, sugieren Patagona chaski, que significa «mensajero» en quechua.
Las poblaciones de colibríes gigantes, tanto en el norte como en el sur de Sudamérica, son estables y la especie es común en su área de distribución.
El equipo tiene previsto seguir investigando las dos especies de colibrí gigante para averiguar cuestiones como dónde se juntan ambas especies, o cómo interactúan entre ellas: si compiten o se reparten los recursos.
«Me interesa mucho saber cómo los colibríes gigantes del sur cambian tan drásticamente de altitud durante la migración, ya que pasan del nivel del mar en Chile a los Andes peruanos en pocas semanas. Son como alpinistas en miniatura, la pregunta es si cambian su fisiología para facilitar estos movimientos», apunta Williamson.
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