España.

Con un estuche de acuarelas, comprado por sus padres hace más de 70 años y que aún hoy puede verse en la propia exposición. Así empezó la historia de amor con el arte de Vicente Conejero Tomás, el niño que quiso ser pintor y acabó, en parte obligado por la precaria situación familiar y por suerte, viéndolo desde el prisma científico, orientando su vida profesional hacia la tecnología, la investigación y la docencia.

«Yo, de alguna manera, manifesté con mis trabajitos, con los lápices alpino, plumilla y tal, que tenía un cierto toque. Y el maestro más allá de sus obligaciones normales, fui a hablar con mis padres para que me compraran unas acuarelas. Y mis padres, que tenían muy poco dinero, accedieron. Me fui un día con mi padre a la librería, a la papelería Ximeno, que estaba al ladito a la Plaza del Collado, a comprar las acuarelas y empecé a pintar», destacó Vicente Conejero, artista.

Sin embargo, la dedicación científica del hoy, a sus 83 años, catedrático emérito de bioquímica y biología molecular, exdirector tanto del Departamento de Biotecnología de la UPV, como del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, Eduardo Primojúfera, y miembro de la primera promoción de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos en Valencia, no eliminó vena artística. Simplemente, cambió el pincel por el rotulador, y el caballete por lo primero que tuviera a mano. 

“Olvidado a la pintura, ya había empezado a hacer dibujos de gente… Al principio, mi abuelo, que llevaba barba y tal, cosas sencillas, pero aquello me enganchó. Me enganché porque me di cuenta y me lo decía la gente que yo tenía la capacidad o la gracia de captar los parecidos. Y eso me animó, de alguna manera, entonces me animó y cualquiera que se me pusiera por delante de ya terminaba la carrera y más o menos aposentaban, me cogió la laboragina de ir por ahí de cacería”, destacó Conejero.

De su curiosidad innata, su precisión científica y su sensibilidad artística surgieron centenares de obras de las que alrededor de 200 se exponen hoy en el hall solidario de la Biblioteca Central de la UPV, hasta el próximo 2 de mayo, narrando, a través de los rostros de muchos de sus protagonistas, décadas de historia de la Universidad Politécnica de Valencia.

Por: Universidad Politécnica de Valencia.