Bangkok, Tailandia.

Al menos 61 personas han muerto en lo que va de año por afecciones vinculadas a golpes de calor en Tailandia, casi el doble que en todo 2023, informó este viernes el Ministerio de Salud, mientras todo el país ha registrado temperaturas récord en abril y principios de mayo.

Las autoridades tailandesas, que advierten que a pesar de la bajada de las temperaturas y de la lluvia de los últimos días continúa el riesgo a sufrir golpes de calor, señalaron hoy que la cifra de muertos de este año contrasta con los 37 fallecidos registrados en todo 2023.

El ministerio, que registró 200 decesos acumulados entre 2018 y este mayo, no desglosa sin embargo por meses el número de fallecidos este año, por lo que se desconoce cuantas personas han fallecido durante la última ola de calor.

Durante gran parte de abril y a principios de este mes, Tailandia ha registrado altas temperaturas en casi todo su territorio, que alcanzaron los 44,2 grados en la provincia central de Lampang -cerca de los 44,6 grados registrados como el máximo histórico-.

Mientras que en Bangkok los termómetros rondaron los 40 grados durante días.

Por regiones, el ministerio precisa que más de la mitad de las muertes (33) sucedieron en la rural región nororiental, seguida por la central (13) y norte (10).

La mayoría de las víctimas fueron hombres de edad mediana o ancianos, muchos de ellos trabajadores agrícolas u obreros en el sector de la construcción, señala la fuente.

El golpe de calor se produce cuando la temperatura del cuerpo aumenta rápidamente y es difícil de bajar. Ello puede suponer un riesgo para la vida al provocar daños en el cerebro y otros órganos vitales.

La inusualmente fuerte ola de calor también golpeó entre abril y mayo a otros países del sur y sureste de Asia, como Bangladés, Birmania, Camboya, Vietnam y Filipinas.

El pasado octubre, la ONU y la Cruz Roja indicaron en un informe conjunto que olas de calor serán más frecuentes, intensas y mortales en el futuro debido al cambio climático, e incluso podrían «exceder los límites humanos, psicológicos y sociales» en regiones como el Sahel, el Cuerno de África o el sur de Asia.