Washington, EE.UU.

El telescopio James Webb, el más potente que se ha lanzado nunca al espacio, entra en la recta final de su preparación «superando todas las expectativas», según la NASA, de cara al comienzo de su uso para operaciones científicas, algo que se prevé que ocurra a mediados de julio.

El Webb fue lanzado al espacio el pasado mes de diciembre, y ha superado la práctica totalidad de la fase de calibraciones ofreciendo «las imágenes más nítidas» que haya producido nunca un telescopio, celebró este lunes el científico de la NASA para el observatorio del proyecto, Michael McElwain, en una llamada con periodistas.

El James Webb es operado en conjunto por la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA).

McElwain explicó que todavía quedan una serie de operaciones que el equipo debe hacer antes de poder utilizar el telescopio para tomar imágenes de utilidad científica, como activar los diferentes modos de medición que usará.

Sin embargo, en las imágenes que se han realizado con el objetivo de calibrar los instrumentos puede observarse una enorme diferencia de nitidez con las del Spitzer, el telescopio infrarrojo que será sustituido por el Webb.

Gracias a su gran sensibilidad, el James Webb podrá observar la luz de galaxias solo unos pocos cientos de millones de años después del Big Bang, lo que permitirá hacerse una idea de la formación de nuestro universo.

«Va a transformar la visión que tenemos de nuestro universo local», aseguró el científico de la ESA para el proyecto, Christopher Evans.

A mediados del próximo verano, el Webb tomará una serie de imágenes de objetos físicos para demostrar sus capacidades de medición científicas, ya que, hasta ahora, el telescopio solo se ha dirigido a cúmulos estelares en lugares bien estudiados -como la Gran Nube de Magallanes- a fin de probar la calibración de sus instrumentos.

Estas imágenes, además, serán a color, ya que el equipo utilizará un proceso para transformar la información infrarroja en colores visibles para el ser humano, lo que hará que las imágenes sean comparables a las del famoso telescopio Hubble.