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El Perseverance, la misión más ambiciosa enviada a Marte aterrizó hace poco más de un año. Y envió un sonido en el que se escucha el primer sonido del planeta rojo. Ahora han analizado cinco horas de grabación, incluidas las del láser del Rover partiendo rocas. Y han descubierto que el sonido viaja a dos velocidades.

“El tener una atmósfera fría y muy tenue de dióxido de carbono, lo primero hace que el sonido se atenúe mucho antes. Pasar de los ocho metros cuesta mucho y, además, los sonidos más graves, que son los que tienen menos energía, lo tienen más difícil. Sonidos agudos nos llegan antes y después nos llegan los sonidos más graves”, explicó José Manrique.

En otras palabras, si te pones a escuchar otra canción lo que al principio parecería un efecto sonoro más, con el paso de los segundos, terminaría en una cacofonía ininteligible. Pero mientras sólo existan los sonidos del perseverante trabajando con rocas, el descubrimiento contribuirá a saber si hubo vida.

El sonido que produce nos puede ayudar a obtener la dureza y eso nos permite relacionar esa combinación de átomos con un mineral determinado. Eso nos permite conocer si hubo actividad de agua”, comentó Guillermo López, investigador del micrófono.

Conocer la atmósfera marciana también contribuirá a que las misiones tripuladas dejen de ser ciencia ficción en un futuro.

Por: RTVE.