Ginebra, Suiza.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió este jueves a Guatemala reasentar a cientos de indígenas mayas desplazados forzadamente durante la pasada guerra civil en el país centroamericano (1960-1996).

En 2021, acudieron al Comité 269 miembros de tres pueblos mayas (k’iche’, ixil y kaqchikel) que en la década de 1980 fueron víctimas de operaciones de ‘tierra arrasada’ de los militares, quienes siguen sin poder regresar con sus hijos y nietos a sus aldeas.

«El Comité […] ha declarado a Guatemala internacionalmente responsable por no implementar acuerdos de reasentamiento y otras medidas de reparación», señaló este órgano de la ONU en un comunicado, al calificar esta decisión como «histórica».

«El desplazamiento forzado es de naturaleza continua hasta que las víctimas se benefician de un retorno seguro y digno a su lugar de residencia habitual o sean reasentadas voluntariamente en otro lugar», indicó Hélène Tigroudja, integrante del Comité, citada en la nota.

El Comité concluyó que estos indígenas se vieron obligados a buscar refugio en la capital, en un entorno cultural ajeno, donde tuvieron que ocultar y, en última instancia, cambiar sus identidades.

Violación a los derechos

«Con un nuevo enfoque, el Comité también demostró que el Estado no solamente violó los derechos de las personas que fueron desplazadas forzosamente, sino también de los niños de tercera generación nacidos estando sus comunidades aún desplazadas», agregó.

En 2011, las víctimas acordaron con el Estado una serie de medidas de reparación, pero éstas «nunca se implementaron«, destacó el Comité.

Los desplazados abandonan «sus prácticas culturales, dejar de usar sus vestimentas tradicionales y dejar de hablar su idioma, lo que también constituye una pérdida irreparable para sus hijos y nietos».

Esto también provocó que «las víctimas tuvieran que dejar atrás los cuerpos de sus familiares -ejecutados o desaparecidos-«, sin realizar los «rituales funerarios» tradicionales.

«En la cultura maya, no realizar los ritos funerarios se considera una transgresión moral profunda que puede conducir a enfermedades espirituales que pueden manifestarse en enfermedades físicas«, aseveró Tigroudja.

El Comité solicitó a Guatemala buscar y entregar a «las víctimas los restos de sus familiares desaparecidos para que pudieran realizar los rituales funerarios».

También implementar políticas para estos desplazados, incluida la construcción de viviendas y realizar un acto público de reconocimiento en que se pide perdón a las víctimas.

Las fuerzas militares de Guatemala aplican la política de ‘tierra arrasada’ en comunidades indígenas para eliminar el supuesto apoyo a guerrilleros de izquierda.