Colombia.
Para muchos profesores volver a clase no tiene mucho de novedoso, pero el profesor Cristian Orjuela no sabe cuáles de sus estudiantes verá hoy. Todo depende del parte médico que hayan recibido con anterioridad.
“Estos chicos, por ejemplo, tienen que madrugar cuatro de la mañana, muy temprano, para ir a un proceso como puede ser su quimioterapia y después de estar toda la mañana recibiendo sus medicamentos y su tratamiento, venir en la tarde aquí a recibir clases, le da una capacidad de resiliencia muy alta y cómo uno como docente se pone en ese papel. Es un niño que viene de estar en un tratamiento muy fuerte, de recibir unos químicos en su cuerpo, pero aún así está dispuesto a aprender”, dijo Cristian Orjuela.
Las aulas hospitalarias comenzaron en Bogotá en el 2010 y han beneficiado a más de 51 mil estudiantes.
“Aquí lo importante es que al final alcancen el desempeño que se espera dentro de su proceso escolar, dentro de la correspondencia con el grado que en este momento está actuando. Por eso es muy importante que las aulas hospitalarias están reguladas bajo la misma normativa del gobierno, y por eso hacen parte de un colegio de aquí del distrito, donde se legitima todo ese proceso que ellos hacen para que su año escolar sea legal y puedan seguir promocionandose en el sistema educativo colombiano”, detalló Orjuela.
En estas aulas ven los mismos contenidos que verían en el colegio. Gracias a que están en el hospital, Jean Paul pudo volver a estudiar después de dos años de incapacidad.
“Prácticamente estaba aburrido, llorando, sin hacer nada y cuando empecé acá en las aulas, vi que si necesitaba el colegio y empecé a conocer más personas, a más amigos. Y sí, sí significa mucho el colegio y las aulas hospitalarias”, contó.
Esta sede del Colegio queda en el Hospital de la Misericordia que facilita el servicio de forma gratuita. “Hasta este momento, para este año, hemos escolarizado a 50 niños. La idea es que nosotros, a raíz del primer semestre, seguimos escolarizando, pero como nos siguen llegando niños que de pronto, por su condición de salud, no puedan ir a su aula regular, entonces lo que hacemos, es que los escolarizan para revisar cuáles son los temas que están viendo para hacer una articulación”, dijo una docente.
Algunos estudiantes continúan con sus clases de forma virtual. El profesor Orjuela considera que ha aprendido grandes lecciones con sus estudiantes.
“La principal reflexión que uno tiene en su ejercicio y es que cómo de alguna manera sopesamos situaciones del cotidiano, nos vuelven un poco más resilientes, pero también nos dan una fortaleza para entender que los niños necesitan este servicio y que nosotros tenemos también que estar en ese par, en esa igualdad con ellos y ser un poco fuertes también frente a la situación de vulnerabilidad que ellos puedan llegar a tener”, dijo Orjuela.
Volver a estudiar le dio un norte a la vida de Jean Paul que se ha demostrado que puede enfrentar todo tipo de desafíos.
“A mí mismo, porque yo quiero ser un veterinario o algo que haga orgullosa a mi familia”, dijo Jean Paul.
Al final del año escolar, los niños se gradúan en una ceremonia pública que realiza el hospital. Es una forma de premiar el esfuerzo de sus estudiantes y de sus padres.
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