Bogotá, Colombia. 

La Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) aportará un millón de árboles nativos para contribuir a la reforestación y aportar a la meta del Gobierno, que es la tener sembrados 180 millones de árboles al terminar el 2022.

«La reforestación y la siembra de árboles juegan un papel fundamental en nuestro propósito de lograr una caficultura mejor adaptada a la variabilidad climática y más respetuosa del entorno y del planeta», dijo este jueves el gerente general de la FNC, Roberto Vélez Vallejo, en un comunicado.

Algunas acciones realizadas en este sentido por los caficultores tienen que ver con siembras en cuencas y rondas hídricas, arreglos agroforestales, herramientas de manejo de paisaje, corredores de conservación de biodiversidad, plantaciones forestales y conservación y cuidado de bosques naturales.

A propósito del «Día Nacional del Árbol», que Colombia celebra cada 29 de abril, la FNC recordó que entre 2019 y 2020 se sembraron más de 400.000 árboles nativos en diferentes departamentos cafeteros, lo que posiciona al sector como el gremio que más contribuyó a la meta del Gobierno nacional al cierre del año pasado.

Y entre 2021 y 2022, la meta del gremio cafetero es aportar 600.000 árboles más.

Entre las aportaciones del año pasado destacan la reforestación y cuidado del suelo en cuencas hidrográficas priorizadas en 1.266 fincas de Antioquia, Caldas, Cauca, Huila, Risaralda, Santander y Tolima.

También se realizaron campañas de educación y sensibilización para acompañar el cultivo de café con arreglos agroforestales, plantaciones forestales, cercos vivos y acciones de conservación y cuidado de los bosques naturales, en un total de 4.070 hectáreas.

De igual forma, se establecieron plantaciones forestales en 1.805 hectáreas para contribuir a la protección del suelo, captura de gases de efecto invernadero y producción de madera como una alternativa económica viable.

La importancia del árbol para el café

Los árboles juegan un papel fundamental en las plantaciones de café porque contribuyen a la regulación microclimática requerida por el cultivo y además evitan la erosión.

Los árboles de sombrío amortiguan los cambios de temperatura y los daños de eventos de lluvia extremos, lo que protege el cultivo y el suelo.

A lo anterior se suma la captura de CO2, la producción de oxígeno, la regulación hídrica y la protección de fuentes de agua, del hábitat y de la biodiversidad en las regiones cafeteras.

Por: EFE