Las ‘bestias de Gondwana’, también conocidas como gondwanaterios, fueron unos mamíferos que habitaron en lo que fue el supercontinente Gondwana, situado en el hemisferio sur, hace más de 66 millones de años. Hasta ahora, todo lo que se conocía sobre estos enigmáticos animales, que convivieron con dinosaurios y cocodrilos gigantes, se basaba en los escasos fósiles de dientes, mandíbulas y un solo cráneo.

Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature, presenta ahora el hallazgo del esqueleto más completo de un gondwanaterio, en este caso de una nueva especie a la que han denominado Adalatherium hui, que en griego y malgache significa “bestia loca” y cuyos restos se encontraron en 1999.

Los fósiles permiten por primera vez “obtener una visión de cómo eran, vivían y con qué otros mamíferos estaban relacionados los gondwanaterios”, dice David W. Krause, investigador en el departamento de Ciencias de la Tierra del Museo de Denver de Naturaleza y Ciencia en EE UU. Es el autor principal del trabajo y en 2014 ya describió el cráneo de uno de estos mamíferos, llamado Vintana sertichi.

Este mamífero, con un tamaño muy superior al que tenían los del Mesozoico –que en general no eran más grande que un ratón–, añade una de las piezas que faltaban al rompecabezas sobre la evolución de los mamíferos en los continentes del sur hace entre 251 y 66 millones de años.

“Sabemos muy poco sobre la evolución de los primeros mamíferos en el hemisferio sur. El esqueleto completo nos ha permitido determinar que los parientes más cercanos de los gondwanaterios era un grupo bien conocido del hemisferio norte, los multituberculados [un orden extinto de mamíferos similares a los roedores actuales que vivieron hace entre 201 y 23 millones de años]”, manifiesta Krause.

Un extraño tejón primitivo

El extraño animal, de cola corta y ancha, medía 52 cm de largo y pesaba unos tres kilos, pero pudo ser seguramente más grande ya que el ejemplar hallado no era aún adulto. Aunque se parecía a un tejón actual, esa anatomía aparentemente normal era solo superficial. Sus huesos revelan que tenía características primitivas en el hocico que no se habían apreciado en 100 millones de años en el linaje que ha llevado hasta los mamíferos modernos.

“El cráneo es extraño porque tiene un agujero entre sus huesos nasales y estos se desconocía en otros mamíferos. Tenía más agujeros en el hocico, lo que indica una inervación rica y un hocico sensible, con probablemente muchos bigotes”, detalla Krause, que también destaca las cavidades nasales y del oído interno.

La composición ósea de su hocico también es inusual por la presencia de septos en los senos maxilares, y detrás de la cabeza su esqueleto presentaba más vértebras del tronco que cualquier mamífero mesozoico. “Basándonos en el esqueleto postcraneal, creemos que Adalatherium fue probablemente un cavador, y que posiblemente hizo madrigueras”, recalca el experto.

Sus dientes, además, eran extraños: sus molares eran radicalmente diferentes a los de cualquier otro mamífero, existente o extinto. Como los incisivos eran muy grandes, los científicos consideran que los usaron para roer y los dientes posteriores para cortar vegetación. “En otras palabras, era probablemente un herbívoro”, señala el paleontólogo.

Aislados en Madagascar

Los primeros restos de gondwanaterios se encontraron por primera vez en Argentina en la década de los 80, pero desde entonces también se han localizado en África, la India, la península antártica y Madagascar.

Al principio se pensó que estos mamíferos estaban relacionados con los perezosos, los osos hormigueros y los armadillos modernos, pero “ahora se sabe que formaron parte de un gran experimento evolutivo, que fracasó en el Eoceno, hace unos 45 millones de años”, dice Krause.

El gran tamaño de la nueva especie, en comparación con otras del mismo periodo, puede ser resultado de su evolución de forma aislada en Madagascar. Según los autores, existen varias evidencias de que la evolución en las islas está relacionada con el tamaño corporal.

Esta en concreto, que se separó de África hace 100 millones de años y se aisló hace unos 88 millones de años en el océano Índico al desprenderse del subcontinente indio, permitió la evolución de Adalatherium hui durante más de 20 millones de años de forma aislada. “Un tiempo suficiente para desarrollar sus extrañas características”, comenta el investigador.

Además de esta especie, en Madagascar viven animales y plantas que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta, incluidas las cucarachas gigantes, los gorgojos jirafas y las ranas tomate, entre otros. Hace tan solo unos miles de años, la fauna de Madagascar también incluía pájaros elefantes de unos 600 kilos y lémures del tamaño de un gorila e hipopótamos pigmeos, apuntan los autores.

Por: SINC