Bolivia.
Cada año, el majestuoso Carnaval de Oruro —inscrito desde 2008 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO— se convierte en un escenario de devoción, cultura y tradición. En medio de miles de danzarines, una agrupación rompe moldes y desafía estereotipos: el colectivo Waphuri Galán, conformado por activistas LGBTQ+ que bailan con orgullo, color y fe.
«Somos activistas de los derechos humanos por la diversidad sexual,» expresan integrantes del colectivo, que desde hace 24 años participan en esta emblemática entrada religiosa. En un espacio que históricamente ha sido conservador y excluyente, hoy reciben aplausos, abrazos y ovaciones en su peregrinar hacia el Santuario de la Virgen del Socavón.
David Aruquipa, activista y miembro del colectivo, recuerda cómo en el siglo XX ni siquiera las mujeres podían formar parte de estas festividades. “El espacio público era para los hombres; las mujeres estaban relegadas al ámbito privado”, señaló. Sin embargo, en los años 70 comenzó una transformación con figuras pioneras como Carlos Espinosa, quien representó a la China Morena, personaje tradicional de la danza de la Morenada, con una propuesta más femenina, desafiante y visiblemente diversa.
Hoy, mujeres trans, travestis, gays y personas no binarias visten con orgullo los trajes típicos de la China Morena. Con tacones de hasta 30 centímetros, chaquetillas bordadas con hilos dorados y una icónica máscara de tres rostros, su presencia es una mezcla de arte, simbolismo andino y resistencia.
“Utilizamos la máscara y la rueca, símbolos ancestrales que nos conectan con la constelación andina Capu Guaraguara —la rueca de estrellas— relacionada con la fertilidad y los ciclos agrícolas”, explicaron.
Durante seis horas de danza ininterrumpida por las calles de Oruro, Waphuri Galán no solo ofrece una muestra de cultura, sino también de fe y lucha. Al llegar al santuario, se arrodillan ante la Virgen como acto de respeto, entrega y plegaria por la protección de sus derechos.
“Somos todos iguales”, concluyeron. “Nuestro baile es una ofrenda, un sacrificio, una expresión de fe que nos une como comunidad.”
El Carnaval de Oruro sigue demostrando que tradición y diversidad pueden bailar al mismo ritmo.
- Playas chilenas desaparecen por el cambio climático y la falta de regulación - abril 28, 2025
- Waphuri Galán: el colectivo LGBTQ+ que danza en el Carnaval de Oruro - abril 28, 2025
- ADN humano es vulnerable a ciberataques - abril 25, 2025