México.
El Polo Norte, ubicado en el extremo más septentrional del planeta, sobre el océano Ártico y a 90° de latitud norte, es un punto geográfico único: allí convergen todos los meridianos y cualquier dirección en su superficie apunta al sur. Durante siglos, fue una región remota que no despertaba mayor interés. Sin embargo, esto ha cambiado radicalmente.
Con el calentamiento global, los enormes témpanos que cubren esta región están comenzando a derretirse, revelando una riqueza natural insospechada: petróleo, minerales y una biodiversidad extraordinaria. Esta nueva realidad ha captado la atención de gobiernos, corporaciones y científicos. Actualmente, un buque con investigadores de diferentes países se encuentra explorando la zona, estudiando su potencial y sus recursos.
Pero esto plantea una gran pregunta: ¿de quién es el Polo Norte? La respuesta aún no está clara. Las Naciones Unidas son la entidad que debe mediar en este tipo de disputas territoriales, y hasta ahora han establecido que ciertas zonas del océano son aguas internacionales. Es decir, la superficie del mar pertenece a todos, pero lo que se pesca o extrae, puede ser reclamado por quien lo obtiene.
La situación en el Ártico es compleja, ya que varias naciones —como Rusia, Canadá, Dinamarca (a través de Groenlandia), Noruega y Estados Unidos— tienen territorios o plataformas continentales que se extienden hacia el Polo Norte y buscan ampliar sus derechos sobre la región.
¿Quién decidirá el futuro del Polo Norte? ¿Será un espacio compartido por toda la humanidad o se dividirá entre potencias? Como explicó la divulgadora Julieta Fierro, aún no lo sabemos. Lo que sí es seguro es que el debate por este rincón congelado del planeta apenas comienza.
Por: Dirección General de Divulgación de la Ciencia UNAM.