Colombia.
En Santiago de Cali, al occidente de Colombia, vive Tatiana Ibarguen, quien lleva 20 años combatiendo la contaminación ambiental. Ella empezó a reciclar el cabello artificial que tiran a la basura después de usarlo, y lo transformó en zapatos, muñecas y bisutería.
“El mercado chino se ha encargado de traernos miles y miles de contenedores de este producto, pero aquí en este país no hay un ente que esté enfocado en hacer una auditoría a esta fibra que tanto impacto ecológico está creando en nuestro país”, explicó Tatiana Ibargüen, Directora de Afrikans Trens.
Más de 1,800 toneladas de basura produce la ciudad. La razón por la que Tatiana recoge hasta 100 kilos de cabello sintético cada semana, evitando que contamine las plantas de tratamiento de agua, ríos y humedales. Aunque falta más investigación, la afectación de dicho pelo al ecosistema es reconocida por la Corporación Ambiental Regional del Valle (CVC).
La mayoría están compuestas con fibras de microplásticos, con cloruro de vinilo, los cuales según su concentración pueden ser altamente contaminantes al medio ambiente, y también pueden afectar la salud.
Recolectado el material se lleva a cabo un proceso de revisión, lavado y secado, que dura 45 minutos. Exportar sus productos a Europa, Asia y Norteamérica, es la meta futura de esta ingeniosa afrocolombiana.
Por: Convocatoria/Colombia/Rafael Poveda.
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