San Salvador, El Salvador.

El sitio arqueológico Joya de Cerén en El Salvador, luce renovado para quienes buscan conocer la forma de vida de esta aldea maya declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1993.

“La vida doméstica de un pueblo maya, del clásico tardío que fue sepultado por una erupción volcánica y que gracias a ésta se conservó de una manera excepcional. Entonces nosotros podemos tener rasgos intactos de ese momento. Es como una cápsula del tiempo”, explicó la arqueóloga, Michelle Toledo.

El lugar fue descubierto en 1976 y convertido en museo arqueológico. Estuvo protegido con un techo provisional por varios años, insuficiente para evitar su deterioro.

Ahora es posible observar las estructuras en todo su esplendor con un proyecto de remodelación, que además ofrece información en varios idiomas y en braille. La inversión en estas obras fue de 1 millón 300 mil dólares.

“El objetivo principal de este proyecto fue la conservación de todas las áreas arqueológicas y que hasta el momento se ha podido comprobar, que efectivamente ha sido de beneficio para la conservación de las estructuras”, subrayó Michelle Toledo.

Los habitantes de la aldea maya vivían de forma bien organizada al tener un dormitorio, una bodega, una cocina y una estructura de uso público para toda la comunidad.

“Es un sitio único que no lo vamos a encontrar en ninguna parte de todo Mesoamérica. Todo lo encontrado son pirámides, templos, palacios y nosotros tenemos aquí exactamente el día a día de la cultura maya, la forma de cultivo, qué era lo que comían, cómo vivían, cómo construyeron sus casas. Entonces esa es la gran importancia que tiene el sitio”, comentó la guía, Roselia Duarte.

Tras la remodelación hay dos estructuras que ahora pueden apreciarse en su totalidad: el temazcal, un recinto que funcionaba como sauna para una purificación religiosa y la casa de la chamana, destinada a la adivinación.